abril 23, 2024
Imagen con fines ilustrativos.

Imagen con fines ilustrativos.

Danilo Pérez Z.*

En las elecciones de febrero, dos belemitas pretenden una diputación: Eddie Méndez (Presidente municipal) sexto lugar del PLN y Horacio Alvarado (Alcalde) primer lugar del PUSC. El PLN ha obtenido sólo dos curules desde el 2010. Por tanto, Méndez está lejos del objetivo. El PUSC obtuvo un diputado en las elecciones 2014, 2018 y parece que así será este año. Alvarado tiene probabilidades mayores pues encabeza la papeleta.

Méndez, regidor del PLN, se acomodó a los planes de Alvarado y recibió a cambio la presidencia municipal, la cual debe entregar al PUSC en mayo del 2022. Recientemente, ante las elecciones, muestra cierta autonomía que redefinirá en función de los resultados de febrero. Su participación actual busca posiblemente publicidad frente a la elección municipal del 2024. Por ahora, sigue protagonizando la opacidad de quienes, por encima de aspiraciones políticas visionarias, se ocupan del éxito de objetivos personales. 

A Horacio Alvarado le cabe el mote de “político de trampolín”. No lo decimos por ofender sino para ilustrar esa clase de políticos: los que pasan de puesto en puesto. Alvarado tiene una estela sinigual: diputado, embajador, alcalde, posible diputado y si el albur de la politiquería lo depara un puesto futuro de ministro o regidor. Esto revela la pobreza del PUSC pues recicla cuadros viejos, no sabemos si producto de su descalabro o de prácticas partidarias que nada envidian a políticos foráneos acusados de “populistas” y “dictatoriales” porque se eternizan en el poder. 

El caso de nuestro alcalde es poco edificante. Asumió en 2006 y se reeligió consecutivamente hasta 2024. Tiene dieciséis años y podrían ser dieciocho de no alcanzar la diputación. En este período, Belén no experimentó cambios significativos derivados de una propuesta de largo alcance. Para quienes se conforman con buenos servicios básicos (limpieza de vías, agua potable, recolección de basura, mantenimiento vial, etc.), los belemitas vivimos como “Alicia en el país de las maravillas”. Cabe recordar, empero, que la costosa burocracia municipal algo tiene que hacer para ganar el salario y que tal eficacia administrativa funciona así mucho antes del nombramiento de Alvarado. 

No sobra afirmar que el frenético crecimiento urbano-industrial, la riqueza hídrica y excelente ubicación territorial de este pequeño cantón proporcionan un presupuesto excepcionalmente alto. Es decir, la inercia administrativa garantiza el funcionamiento adecuado de los servicios básicos y obras de infraestructura de vez en cuando. Sin embargo, estamos lejos de una visión estratégica que defina, planifique y solucione los desafíos del mediano y largo plazo: contaminación ambiental, aprovisionamiento hídrico, desarrollo cultural, descongestionamiento vial, transparencia y eficiencia del aparato administrativo, etc.

A la magra gestión directiva de Alvarado se suman máculas e irregularidades altamente preocupantes. La nueva Auditoría municipal interna ha puesto sobre el tapete un sinfín de cuestionamientos. Basta recordar la fracasada auditoría externa de la Empresa Russell Bedford Internacional de los períodos 2017-2018 porque la Municipalidad no suministró la documentación soporte de las diferentes partidas que conforman el flujo de efectivo, la contratación y pago (más de 50 millones de colones) de la confección inservible de planos del nuevo edificio municipal y las recientes contrataciones laborales (más de 150 millones), realizadas sin el debido proceso y a espaldas del Concejo Municipal.  

En lo que ha sobresalido el alcalde Alvarado es en la construcción de una plataforma clientelar que le depara el voto necesario para reelegirse gracias a promesas, dádivas y ayudas puntuales.  Eso es lo que realiza hoy día para obtener su curul: tocar la puerta de los comprometidos para recordar la deuda electoral. El electorado desconoce sus propuestas para enfrentar los grandes temas provinciales pues, hasta el momento, no ha dado la cara en debate alguno. 

Esto antecede al señor Alvarado como posible diputado. Los belemitas deberían poner la atención en alternativas que por currículo y programas garanticen capacidad, limpieza y compromiso con el pueblo herediano. Yo de mi parte me preparo entusiasta a depositar mi voto por el joven economista Jonathan Acuña del Frente Amplio. Es la manera de adecentar y elevar la calidad de la función de nuestra deteriorada Asamblea Legislativa.

*El auto es catedrático pensionado de la Universidad Nacional, vecino de Calle La Labor 

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