marzo 17, 2024
Fuente: Página de la Asociación de Jóvenes para el Desarrollo

“Es inadmisible tener que negociar o proponer una papeleta que le convenga al cantón y al partido con personas que no son de Belén”

Por: Manuel González

El problema de Liberación es el mismo partido. Desde hace 30 años, un grupo de belemitas venimos participando en los procesos internos del Partido Liberación Nacional y el problema que persiste es por las mismas autoridades que alimentan la división interna y el odio.

El hecho está en que entre más papeletas se presenten a una elección, más recursos económicos percibe el Comité Ejecutivo Nacional. Esta forma de recuperar recursos, y que funciona como una franquicia, hace que la batalla se vuelva cruel y que dejen sangrientas diferencias entre vecinos, amigos y familiares.

Adicionalmente, el problema se agrava cuando personas de otros cantones participan para lograr objetivos personales como querer ser diputado o diputada, y tener el control político de la zona.

Por esta razón, nuestro grupo -en forma de protesta- ha decidido desde el mes de junio del 2015, no participar más en el proceso que está por concluir y, como consecuencia, en las cuatro convocatorias a la asamblea cantonal no se obtuvo el quórum necesario para ratificar la única papeleta propuesta.

Es inadmisible tener que negociar o proponer una papeleta que le convenga al cantón y al partido, con postulantes que no son de Belén y que utilizan a personas de buena fe y con voluntad de colaborar, sin que estas entiendan las falsas expectativas que le proponen para manipularlos a su antojo¸ y que, tras de eso, el Partido Liberación Nacional premie con puestos importantes a aquellos que realizan estas prácticas, como es el proponer a alguien, a última hora, como candidato o candidata a la diputación y, además, darle a un familiar muy cercano, un puesto de alta importancia en las estructuras del partido.

Es este club de farsas y mentiras el que hace pensar que la política es corrupta: y efectivamente lo es por aquellos que acostumbran estas prácticas y por aquellos que las aprueban y las premian. Esto no es un problema de buenos o malos; se trata de personas inteligentes¸ maduras que quieren un mejor distrito, cantón o país. Esto no excluye las diferencias que puedan haber: para eso existe el convencimiento, las propuestas y otros mecanismos distintos al engaño, al oportunismo y a las regalías, entre las más comunes.

Contra eso, se vale respetar a las dirigencias y que ellas mismas pulan sus diferencias, que propongan a la mejor gente para sus puestos locales. Se vale ganar o perder, pero en una lucha legítima y limpia, y que cuando termine la batalla: triunfen los ganadores y acepten la derrota los contrincantes.

Pero, no se vale imponerle a la dirigencia personas oportunistas o que hayan demostrado actos deshonestos por los cuales ya han sido juzgados, o impulsados por ajenos a nuestro cantón. No se vale ganar con engaños u ofreciendo regalías: así ganan los corruptos. Ni tampoco se vale que se les aplauda ni se les pongan en pedestales de orgullo por la “buena” faena realizada.

No debemos permitir que personas de otros cantones se sigan filtrando en nuestro cantón para lograr sus fechorías. Debemos asumir esto con honor y orgullo para hacer respetar nuestra autonomía y para que todas aquellas personas que, con transparencia y buena fe, quieren colaborar; entiendan el juego de la política y no sean utilizados ni manipulados por personas ajenas a Belén o  moralmente cuestionadas de nuestro cantón.

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