marzo 17, 2024
Imagen obtenida de http://www.fahrenheitmagazine.com
Imagen tomada de Revista Fahrenheit

Por: E. Danilo Pérez

Hoy día se convirtió en obsesión el déficit fiscal, gobierno y oposición; en particular, la derecha y los poderes mediáticos están permanentemente apuntando al tema, por supuesto, responsabilizando de tan terrible situación a los empleados públicos. Las convenciones colectivas no son un invento de unos pocos trasnochados sindicalistas, sino un instrumento de negociación establecido justamente como respuesta a los períodos de mayor conflicto sindical, con el fin de evitar las huelgas y el fortalecimiento del movimiento sindical.

Esta solución, más aprovechable a la empresa privada en los países europeos (donde sí existen sindicatos en empresas privadas), fue acogida en Costa.Rica, como políticas gubernamentales, en las administraciones de Liberación Nacional y el Partido Unidad Social Cristiana, cuyos dirigentes hoy se rasgan las vestiduras. Buena parte de sus cuadros políticos han sido excesivamente beneficiados con los acuerdos de las convenciones, sólo pensemos en esos figurones que pasaron y (pasan) de académicos universitarios a ministros, a diputados y luego a embajadores. ¿O es que la pensión de “Chalo” Facio se la regalaron los sindicalistas?

A lo anterior conviene agregar, ¿por qué, siendo también tema de inquietud el déficit fiscal en las Administraciones de Figueres Olsen, Arias Sánchez (que aumentó voluminosamente la planilla de gobierno) y Chinchilla, no se desataron estas campañas despiadadas contra el sector público? De seguro, habrá que revisar y corregir los abusos de las convenciones, pero esto no resolverá el déficit, a no ser que además de ello, se corten hasta los talones las obligaciones sociales del Estado. Por lo pronto, podrán seguir tranquilos los contrabandistas, defraudadores, exonerados fiscales de gran escala, como por ejemplo los beneficiados con los aproximadamente 280 mil millones de colones que dejan de pagar las zonas francas de acuerdo con Semanario Universidad. Lo que es bueno para el ganso ¿no lo tendría que ser para la gansa?

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