abril 19, 2024

La Finca de “La Negra”: una deuda histórica

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Doña Ernestina Aguilar Chaverri. Cc "La Negra". Foto cortesía de Guillermo Villegas.

Doña Ernestina Aguilar Chaverri. Cc "La Negra". Foto cortesía de Guillermo Villegas.

En un par de textos sostengo la relevancia histórica y cultural de las tierras aledañas a La Gruta de Potrerillos en La Asunción. Afirmo, con documentación, que allí arribaron poblaciones españolas y mestizas cuya dinámica llevó a la fundación de Belén en 1907. A finales del siglo XVIII y principios del XIX, se conocen los primeros traspasos y los apellidos de las familias que se instalan y mezclan para generar nuestra base cultural, enriquecida después con familias venidas de otros suelos de la patria y latitudes del mundo. 

Un ícono físico y una tradición prueban este valor histórico: La Gruta y el Rezo de Potrerillos en honor a la Inmaculada Concepción. En varias oportunidades, interpelé a los vecinos, en particular a quienes se reclaman herederos de raíz, su desinterés por un sitio tan significativo. Siempre pensé en la compra de propiedades aledañas a La Gruta para un parque que fusionara y permitiera disfrutar comunitariamente las riquezas culturales y ambientales que allí anidan. Con el ánimo de incentivar su rescate y fortalecer nuestra identidad cultural, paso a narrar unas memorias.  

Cuando fui regidor municipal en el período 1978-1982, una motivación fue la creación de zonas verdes que contrarrestaran las secuelas de la industrialización y urbanización. Los cambios en perspectiva mejorarían los ingresos municipales y las condiciones materiales, empero causarían contaminación, congestionamiento urbano y pérdida de espacios para la sana recreación y la mejora de la calidad de vida.

En 1979, presenté la moción “Un anteproyecto para la creación de parques en el cantón de Belén” en la cual mencionaba como posibles destinos propiedades adyacentes a urbanización Cariari y el Balneario de Ojo de Agua. Posteriormente, en el apartado “Recursos Naturales” de la Evaluación del trabajo municipal del período 1978-1979, recomendé la adquisición de terrenos colindantes con el Bosque “Los Zamora”, Gruta de Potrerillos y la urbanización abandonada “Los Suárez”. 

Mi insistencia se prueba en un boletín municipal de 1979, donde se afirma que para contrarrestar la deforestación la Municipalidad adquirirá “(…), el Bosque de la Gruta de Potrerillos (pues), colindante con este bosque la Urbanización Doña Rosa hizo una reservación de 6.500 mtrs 2 que traspasará a la Municipalidad para que se amplíe el proyectado parque forestal (…).” 

Posteriormente, debido a controversias con las urbanizadoras de Cariari y Bosques de Doña Rosa, el suscrito y mi amigo Enrique Vargas trabajamos en la consecución de un terreno boscoso y un recurso de 300 mil colones como compensación por la utilización de zonas verdes. Propuse que dicho dinero fuera utilizado para el proyecto de parques. La mayoría de los regidores optó por utilizarlo en instalaciones deportivas y prometió incorporar recursos en el siguiente presupuesto.

En setiembre de 1980, propuse una partida de 150 mil colones para la compra de la propiedad de doña Ernestina Aguilar Chaverri conocida como Finca “La Negra”, dado que, además de La Gruta, se contaba, en las inmediaciones, de dos hectáreas producto de las negociaciones con la urbanizadora de Cariari. La moción tuvo eco. En la sesión 44 del 25 de setiembre de ese año, se incluyó en el presupuesto ordinario de 1981 una partida por 75.000 colones para “Compra de terreno Parque en La Gruta de la Asunción”.

Sin embargo, en la sesión 6 del 11 de febrero de 1981, se aprueba una modificación que elimina la partida precitada alegando que se necesita para otras obras y acompañada con expresiones tales como “nadie se interesa por los parques”, “para qué comprar más terreno, si nadie quiere sembrar un árbol”. A pesar de mi oposición, se mantuvo el acuerdo, aduciendo, además, que mi persona había estado ausente del Concejo Municipal por varios meses debido en parte a un permiso tramitado para tal efecto.

Doña Ernestina “La Negra”, para entonces, mostró recelo frente a la posibilidad de la compra. No olvido su preocupación respecto de qué pasaría con el predio en manos extrañas.  Se sentía la custodia de algo más que un pedazo de tierra pues era una parte de su vida e historia familiar. Doña Ernestina era descendiente de Juan Agustín Chaverri Pérez, quien como decía el extinto ciudadano Don Bolívar Villegas era “hombre de pro y señor del caserío, querido y respetado (…) quien “celebraba su día onomástico a la usanza española, con un rosario extraordinario en su casa solariega”. A saber, el Rezo de la Gruta de Potrerillos dedicado a la Virgen de la Inmaculada Concepción.

Hoy el frenesí urbano amenaza convertir los pocos espacios verdes del cantón en bloques de cemento adornados de alguna foresta que, con el descuido y el paso del tiempo, pasará a ser una huella seca más en un escenario de humaredas y yermos.  Hay que levantar la voz de oposición y proponer la creación de parques y refugios ambientales para benefició de las generaciones presentes y futuras y la naturaleza misma. La Finca de “La Negra” corre ese riesgo y es una deuda histórica no solo por su valor ambiental sino también por ser un punto de origen de nuestra historia y cultura.

  1.  Artículo “El Rosario de Potrerillos”. Periódico El Guacho, 2018 y el Documento inédito “Notas para la historia del sitio geográfico cultural que da origen al Cantón de Belén”. Agosto de 2019.
  2. Cabe aclarar que estas familias no fueron los primeros pobladores pues desde siglos atrás convivían en el área los indígenas catapas de cacicazgos hüetares.
  3.  Municipalidad de Belén. Boletín Informativo No. 1.  15 de Diciembre de 1979. Pag. 21.
  4.  Villegas Alfaro, B. “El Rosario de Potrerillos”. Cartilla. Sin fecha.

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