diciembre 3, 2024
Fidel Rodríguez, el primer recolector de basura de Belén, junto con su esposa, Mercedes Soto. Foto cortesía de su familia.

Fidel Rodríguez, el primer recolector de basura de Belén, junto con su esposa, Mercedes Soto. Foto cortesía de su familia.

El servicio de recolección de basura en Belén no existió sino hasta finales de la década de 1950, cuando a don Fidel Casiano Rodríguez Delgado se le encomendó la tarea de recoger la basura del cantón. 

Don Fidel comentó en una entrevista de marzo de 1984 para el periódico El Guapinol, que don Javier Sánchez Borbón, Munícipe Regidor en ese tiempo, fue quien le invitó a recoger las basuras domésticas con un carretón de madera con ruedas de hierro. Además, su fiel compañía era “Cholo”, un caballo blanco.

A don Fidel se le conoció como “El carretonero”. Las personas de Belén sabían que don Fidel estaba pasando porque escuchaban “¡Basura! ¡Basura!” desde sus casas. A los gritos, se les unía el rechinar de las ruedas del carretón y el galopar de Cholo. Fidel trabajó como recolector de basura durante 9 años (entre 1957 y 1966), en un horario de lunes a sábado, desde las seis de la mañana hasta las dos de la tarde. Ganaba ₡200 mensuales.

En el pasado, al no haber servicio de recolección de basura, en los hogares se cavaba un hoyo en el patio para los desechos, que eran principalmente orgánicos. En aquellos tiempos, la leche se compraba en envases de vidrio retornables, el arroz y los frijoles los vendían a granel, la carne la envolvían en papel periódico y las bolsas para echar todo eran de mecate. El uso de plásticos y el consumismo era muy poco, además que la población era menor.

Don Fidel era una persona bien conocida por el pueblo belemita. Las personas no le dejaban la basura afuera de sus casas, sino que le daban el permiso de entrar, inclusive hasta la cocina, para recoger el tarro de la basura, que era de lata. Entonces don Fidel entraba, recogía el tarro, lo vaciaba en su carretón y lo volvía a dejar adentro de la casa.

La hija menor de don Fidel, Mercedes Rodríguez, expresó para El Guacho que “Antes había mucha confianza y mi papá era muy honrado. En un par de ocasiones sucedió que algún objeto se extraviaba porque lo habían echado a la basura sin querer. A los pocos días alguien preguntaba si se lo habían encontrado en la basura, entonces él lo devolvía”.

“Todos los chiquillos de esa época lo correteaban, para que él los subiera al carretón y los encaminara a la escuela. Muchas personas lo recuerdan con mucho aprecio, porque él le daba pelota a todos los chiquillos, aunque se llevaba regañadas de quien en ese momento era el Jefe Político”, comentó doña Mercedes.

La basura se solía botar en un cafetal de Israel Delgado, ubicado en Barrio Escobal. Don Fidel contó en 1984 a El Guapinol que “Al llegar yo allí, eso parecía una escuela, lleno de chiquillos y chiquillas que llegaban a buscar cosas, bolas, muñecos, etcétera”. Otra ubicación era el tajo de Cano Ramírez; don Fidel también mencionó que una vez un “chiquillo” casi se cae al guindo, entonces él logró agarrarlo por la faja y evitar su caída.

El carretón y Cholo eran de propiedad municipal. En aquella entrevista, Fidel explicaba que los guardaba en un potrero llamado «El Fondo» [la Policía Municipal, en 2021], «pues ahí iban a parar todas las vacas que la policía cogía en la calle, y el dueño para sacarla debía pagar una multa”, había comentado.

A la familia de Javier Sánchez la Municipalidad de Belén le otorgó la Orden Rita Mora López en 2014. Entre muchas razones mencionadas, destaca promover “La modalidad de recolectar o recoger las basuras domésticas, por medio de un carretón tirado por caballo, con el fin de que los pobladores no las tiraran en sitios no adecuados, previniendo focos de contaminación y criaderos de animales que transmitieran enfermedades”.

Fidel Rodríguez Delgado nació en 1905 y falleció en 1990. Tuvo cuatro hijas y tres hijos con su esposa Mercedes Soto Vásquez, quien falleció en 2013. Vivieron toda su vida en una casa de madera cerca de lo que hoy es Pollos del Monte. Hasta el día de hoy, su familia se siente orgullosa del personaje histórico que es don Fidel.

 

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