noviembre 21, 2024

Imagen con fines ilustrativos.

Por: Jonathan Navarro Picado

Esboza el cielo la silueta de una nube,

confinado en la bóveda azul

contemplo mis manos en la arena.

Cambia la nube su forma

en ratos parece un elefante

 en otros las curvas profundas de una dama,

y mis manos siguen trazando círculos en la playa.

Cual si fuera una pelota de masa en las manos dulces de mi abuela,

la nube cambia y esta vez

el viento cercenó una parte

 

Mis ojos son esclavos de esa masa, entre blanco y gris,

aguada, radiante en ratos y oscura en otros.

El mundo bajo la arena, de las palmas de mis manos,

quedó ajeno ante el secuestro de sentidos.

 

Y mientras la nube cambia,

el viento la hace cambiar,

o yo la cambio según mi parecer,

Carmen tose en un pañuelo 

el mundo sigue confinado,

incertidumbre ante la invisibilidad

la muerte acechadora

 

Carmen fue al hospital,

no la quisieron atender,

vio pasar una manta blanca cubriendo un cuerpo

y del espanto, Carmen no se pudo mover

como se mueve la silueta de la nube

mientras la observo con mis manos en la arena

y el mundo sigue absorto de una bóveda, no azul

sino una electrónica llena de miedos y mentiras.

 

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