Mantener la paz en medio de caos
Yendry Delgado Aguilar
Vecina de San Antonio, Consultora Flores Bach código CST-2019-0709Y.
En las últimas semanas, hemos tenido un panorama nacional e internacional
bastante revuelto, protestas estallan en los distintos países de la región
latinoamericana, y más allá de nuestro continente también. Las economías en
general con horizontes grises, las poblaciones alzan la voz con reclamos y, por
otro lado, las justificaciones de todo tipo de parte de sus autoridades políticas.
Un estira y encoge, distintos grupos de interés con sus consignas, unos
manipulan, otros son manipulados. Parece a veces que el sentido común es lo que
menos impera y los egos dominan las diversas esferas de las sociedades. Las
personas honestas y, con claro sentido de lo que es correcto y armonioso, son
expulsadas de los sistemas.
Es difícil no sentir cierto miedo ante la incertidumbre que estamos viviendo,
estamos en crisis, pero qué difícil es aceptarlo. Tal vez porque trae consigo la
exigencia del cambio, del salir de la zona de confort, del buscar alternativas
creativas para resolver los obstáculos que se nos están planteando en estos
momentos como humanidad.
Pero como nuestra responsabilidad e injerencia es con nuestro universo cercano,
pensemos en nuestro país, nuestra provincia, nuestro querido pueblo, nuestro
vecindario, nuestra familia, nosotros mismos. Es desde ahí, donde podemos
generar la armonía, tenemos que estar agradecidos con todo lo que tenemos, con
las dificultades también, son parte del proceso, sin ellas no habría aprendizaje.
Hacernos responsables de nuestras acciones y asumir las consecuencias, porque
sea como sea, vendrán.
Estar plenamente conscientes viviendo cada momento con plenitud, disfrutando de
los pequeños detalles es vivir el milagro de estar vivos. Muchos son los
acontecimientos externos, por lo que debemos estar en el interior de nosotros
mismos calmos, para no ser arrastrados por emociones como el miedo, la culpa, la
desesperación, la tristeza y la ira. Respiremos profundo para estar conscientes de
nuestro vehículo que es nuestro cuerpo, cuidémoslo. Agradezcamos por todo, sí,
por todo, aun lo que no nos parece tan “bueno” tiene su propósito, todo tiene un
propósito y debemos agradecer esas dificultades, pues son lecciones y
oportunidades para superarnos a nosotros mismos, cada quién en su proceso,
todos somos caminantes.
Todos tenemos responsabilidades para hacer esta existencia mejor cada día,
asumamos con valentía nuestra parte.