abril 19, 2024
Daniela inició grabando coros con Malpaís. Tras la muerte de Fidel Gamboa en 2011, se consolidó como vocalista de la agrupación. Foto: David Chacón.

Daniela inició grabando coros con Malpaís. Tras la muerte de Fidel Gamboa en 2011, se consolidó como vocalista de la agrupación. Foto: David Chacón.

Daniela Rodríguez Chaves le da vida y sentimiento a las canciones de Grupo Malpaís como su vocalista desde 2007. Su voz es clave en piezas como ‘Contramarea’, ‘Canela y Miel’ y ‘Abril’.

Actualmente reside en San José con su hijo Camilo de 4 años, pero su corazón pertenece al cantón que la vio crecer, Belén. Su familia es belemita, de hecho, su abuela es Lucrecia González, conocida docente pensionada. Daniela es hija de Florencia Chaves e Iván Rodríguez, violinista de Malpaís.

Su carrera musical inició desde que era niña. Con 5 años empezó a estudiar violoncello en la Sinfónica Infantil y a la edad de 7 ya grababa ‘jingles’ (comerciales de televisión) con Fidel Gamboa. Luego, Daniela entró a la Academia de Música Moderna para continuar su formación en canto con el tutor ruso Gourguen Mkrtytchian.

“Siempre he estado muy empapada del arte, porque mi mamá es bailarina contemporánea y mi papá es músico. Desde que yo nací, siempre andaba con ellos para arriba y para abajo; en ensayos, en teatros, en conciertos, en espectáculos”, explica Rodríguez. 

“Mi papá trabajaba en la Sinfónica Nacional y cuando yo era bebé me acostaba a dormir dentro del estuche de violín mientras ensayaba”, contó. 

¿Cómo se siente que en cada concierto haya ‘una química’ con su papá?

Es bonito y a ratos también es difícil. (…) Es muy bonito porque hay una conexión que solo tienen un papá y una hija, que con solo vernos a los ojos ya entendemos lo que estamos queriendo decir. Pero también es difícil porque se vuelve una exigencia alta.

¿Qué impacto tiene Malpaís en su formación musical?

Malpaís es mi escuela musical. Uno andaba caminando, montada en bicicleta y con Malpaís fue como montarse en un avión que no ha parado. Es como la familia que uno escoge y cada uno de ellos tiene demasiado conocimiento y experiencia de la que uno se puede empapar todos los días. Es un aprendizaje constante.

“Familia” es un concepto que envuelve a Malpaís y ahora hablábamos de su familia nuclear ¿Qué significa para usted “familia”?

Es un lugar seguro, ameno, donde uno se siente acompañado y guiado. Donde uno puede ser uno mismo. Y eso es Malpaís y los pequeños momentos con mi familia sanguínea.

¿Cuál es su canción favorita de Malpaís y por qué?

‘El perro azul de la nostalgia’. Es una canción que me saca del lugar donde yo esté. Cierro los ojos y me envuelvo en nostalgia, así del mismo título de la canción.

¿Tiene otros proyectos artísticos fuera de Malpaís?

El año pasado empecé a componer. Con la pandemia, las pausas a los conciertos y de estar en la casa pensando más íntimamente en los proyectos que uno quiere, decidí despojarme de miedos y me puse a componer inspirada en las mujeres de mi vida. Quiero sacar material propio. De las composiciones que son para mi ‘tribu’, una es para mi abuela, otra para mi bisabuela y están inspiradas en historias de Belén.

¿Qué le diría a alguien que se quiere dedicar a la música?

Haga lo que dice su corazón. Sobre todo ser muy honesta con ella misma, de lo que quiere hacer y dónde quiere ir. Hacer las cosas con mucha pasión. Tener una alternativa de ingresos porque es difícil vivir de eso, pero sobre todo ser transparente con ella misma, con lo que hace, cómo lo hace y por qué lo hace.

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