Alcaldía y responsabilidad política
Por. Danilo Pérez Zumbado*
Los informes de la auditora Licda. Maribelle Sancho (OAI-184-2019) y la Empresa Russell Bedford Internacional son altamente preocupantes. El primero recomienda la ejecución de Estudios sobre gestión de recursos humanos, Planificación Institucional y Recaudación de ingresos municipales (entre otros), dado el atraso por más de dos años de los mismos y los segundos descubren irregularidades en los estados financieros de la Municipalidad de Belén de los años 2017 y 2018.
La situación se sintetiza en la afirmación de la Empresa Russell Bedford Internacional que, fundada en el principio contable de la “Abstención Opinión”, dice que “no nos fue posible obtener evidencia de auditoría suficiente y apropiada que nos proporcione una base para emitir una opinión de auditoría (…)”. Es decir, la empresa se abstiene de expresar opinión sobre los estados financieros municipales por no disponer de documentación idónea para valorar la situación contable.
La “Abstención de opinión” se produce cuando “el posible efecto de una limitación al alcance o de una incertidumbre es tan significativo que el auditor no puede expresar opinión sobre los estados financieros”. Es decir, la limitación o incertidumbre de la documentación proporcionada, por la administración municipal, es tan significativa que la empresa decide no dar opinión al respecto.
Sin embargo, la citada empresa, para llegar a tal conclusión, realizó una investigación exhaustiva del material administrativo que le permitió afirmar que por los años terminados el 1 de diciembre de 2018 y 2017, la Municipalidad “no nos suministró la documentación de soporte de las diferentes partidas que conforman el estado de flujo de efectivo” y además que “este estado presenta una diferencia no justificada por la Administración de 9.213.079 (miles de colones) en 2018 y 5.784.228 (miles de colones) en 2017”. Y a esta aseveración suma una lista de incumplimientos, entre el 2017 y 2018, por ejemplo, no entregó: el detalle de activos y pasivos en moneda extranjera, el registro auxiliar de las cuentas por cobrar comerciales, el registro auxiliar de inventarios, el registro auxiliar de propiedades, mobiliario y equipo, la documentación soporte de los endeudamientos, etc. En resumen, la administración municipal incumplió una larga lista de responsabilidades que pone en estado de alerta la eficiencia, claridad y limpieza de los manejos administrativos.
Algunos seguidores salen en defensa del Alcalde argumentando que los informes no afirman la sustracción de fondos públicos y que todo obedece a la “politiquería” propia de la campaña electoral. Serán las instancias pertinentes las que determinen si hubo o no apropiación de fondos públicos de parte del Alcalde u otros funcionarios. Sin embargo, esta grave situación no exime al señor Horacio Alvarado de su cometido político, como cabeza de la administración municipal.
Todos sabemos que cualquier empresa privada despide al gerente que no presenta, en tiempo y calidad, los informes solicitados por la Junta Directiva. En síntesis, el señor Alcalde tiene responsabilidad política y ética, ante la ciudadanía, por no cumplir con eficiencia y transparencia las funciones para las cuales fue elegido. Es inconcebible que ocurran estas irregularidades después de catorce años de administración. Si no ha sido capaz de cumplir a cabalidad en tan largo período, ¿Qué garantiza que lo hará si alcanzara la desdeñada reelección, por dieciocho años más en el poder?
Sin embargo, evitar esta alarmante situación depende de la ciudadanía belemita. Es hora de combatir el abstencionismo y de dar oportunidad a fuerzas políticas nuevas, en particular aquellas que han venido pujando, desde campañas anteriores, por conformar una fuerza comunal amplia y democrática que transforme con honestidad y eficiencia la administración municipal en pos de un Belén mejor para todos.
* El autor es académico de la Universidad Nacional y vecino de Calle la Labor.