abril 15, 2024
Adultos mayores durante la puesta en escena de una obra de teatro en el Salón Comunal de La Asunción en 2021. Foto de Eric Segura.

Adultos mayores durante la puesta en escena de una obra de teatro en el Salón Comunal de La Asunción en 2021. Foto de Eric Segura.

Como si se tratara de una telenovela que ya hemos visto varias, en la que conocemos claramente su trama, su desenlace, los actores principales y los villanos de la misma. Así pareciera ser que es el proceso de asignaciones presupuestarias en Belén para las organizaciones culturales y asociaciones de desarrollo. 

Resulta curioso que siempre la tesis es que “hay que recortar, pero no alcanza el dinero”, pero lo que recortan siempre son los mismos rubros y las organizaciones que resultan mayormente afectadas siempre son las mismas. 

¿Será que lo hacen al propio? O acaso, ¿es que no quieren que estas instituciones sigan haciendo estas tareas? ¿Será que tienen en mente ya planeado quienes serían los nuevos ejecutores de este tipo de presupuestos y por eso es que quieren desaparecer a las organizaciones? 

Y sí otra vez, las organizaciones tuvieron que salir a pedirle ayuda a la comunidad para manifestarse y defender el presupuesto bajo un fuerte aguacero. Pues parece que esa estrategia funciona, porque las regidurías como que reflexionan un poco de a quienes afectan directamente este recorte. Y no queremos ser malpensados, pero hasta parece que les duele que este tipo de acciones pueden repercutir en disminuciones en su caudal electoral. 

Llama la atención que hay que hablar de recortes presupuestarios, en el mismo momento en que se da a conocer por medios nacionales y El Guacho, que ya lo había informado, que 24 reasignaciones de personal representaron un gasto de 154 millones de colones. O sea que pasa lo que hemos sabido siempre en nuestro cantón, recursos hay lo que pasa es que están mal manejados. 

También, es importante reflexionar acerca de la importancia de la salud mental en nuestra población belemita. Muchos de los talleres que imparten las organizaciones son un “despeje” para la rutina de niños, jóvenes, adultos y adultos mayores que se verían afectados con recortes draconianos. ¿Por qué cuando estábamos en pandemia si todos defendían la importancia de estos cursos para la salud mental de la población y ahora parece que ya no importa? ¿Tan rápido se les olvidó lo importante que era?

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