marzo 28, 2024

La humanidad ha compartido parte de su evolución junto con la naturaleza, hemos sido parte de ella por siglos y de ella venimos. Con el fuerte pulso que se ha dado entre el crecimiento demográfico y la expansión de las ciudades, la conversión de espacios verdes a espacios grises, va en aumento. Con esto, ha desaparecido no solo árboles, arbustos y plantas en general, sino también, nuestra capacidad de sanar y crecer junto a la naturaleza. 

Los jardines son espacios remanentes de vegetación y conservan mucho de lo que fue el verde que una vez tuvimos cerca. En estos tiempos tan acelerados, estos espacios se han convertido en fuente de alegría, contemplación y buenos momentos, pero también de alimento para aves, mariposas, pequeños insectos, entre otros seres con quienes también compartimos nuestras ciudades.

Los jardines representan un gran porcentaje de la trama verde urbana y son claves para la biodiversidad, sin importar su tamaño, su inversión económica o incluso su ubicación geográfica. Esos espacios verdes forman parte de un gran tramado que conecta y mueve el pulso de la vida en nuestras ciudades.

Es necesario pensar en los jardines como lugares de sanación que son accesibles, cercanos y que no requieren siempre una gran inversión económica. Muchas personas conocemos y hemos experimentado la terapia que significa trabajar con la tierra, sentir y pensar qué planta queremos colocar dónde, intercambiar “hijitos”, monitorear su crecimiento, vigilar si llega algún bichito, observar la forma y color de las hojas para comprobar que todo vaya bien, entre otras actividades que lo convierten en un deleite y en un contacto directo con una parte de nosotros mismos, que quizá por nuestras rutinas rápidas e inmediatas, no siempre tenemos espacio para disfrutar. El disfrute del proceso, incluso de lo “lento” de la vida.

Últimamente, la ciencia también se ha orientado a investigar sobre los efectos positivos del verde en nuestra salud, regulación de la presión arterial, vasos sanguíneos sanos, menor cantidad de prescripciones médicas para antidepresivos, mayor sensación de bienestar, son solo parte de algunos contundentes resultados de contar con espacios verdes cerca. 

Por esta y muchas otras razones, quisiera que este texto se convierta en una motivación e invitación para conectar con los mágicos espacios que pueden ser nuestros jardines (e incluso corredores con macetas) para nuestra salud física y mental.                                                                

Te deseo un hermoso jardín.

*La autora es ingeniera forestal. Arborista certificada ISA.

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