octubre 4, 2024

Esta es la única foto que queda del día del evento, en ella se aprecian a varios colaboradores con la actividad, tía Florita, Luis Aguilé, Isaac y Marta.

  • Luis Aguilé se presentó a la maratónica realizada para conseguir fondos

Isabel Hernández González

Isabel.hernandez@periodicoelguacho.com

 

Era el año 1993 y doña Marta Elena Cordero Quesada recibió una de las peores noticias que una madre puede escuchar: su hijo de 3 años y medio, Aarón Adrián Cordero Cordero, tenía un tumor maligno en el cerebro y le quedaban solo tres meses de vida. Hoy, 27 años después, el periódico El Guacho conversó con ella para conocer su historia. Agradecemos también el aporte de Manuel Ortiz en el desarrollo de este reportaje.

Todo empezó cuando la cocinera del CEN-CINAI le expresó su preocupación a Marta, porque el pequeño estaba vomitando todo lo que comía. Esto le extrañó y lo llevaron a sobar, ya que pensaban que se trataba de una pega.

Algunos días después, Aarón empezó a botar cosas. Todo se le caía de las manos, pero la mamá pensaba se trataba de travesuras y se enojaba.

Como el vómito persistía, decidió llevarlo al Hospital de Niños, por si se trataba de alguna infección. Una vez ahí, una doctora joven la atendió. Ella era tía de una niña con un tumor cerebral, a quien, por desgracia, se lo detectaron tarde, por lo que identificó de inmediato los síntomas del niño y esto agilizó el proceso.

Los médicos corrieron para realizarle la primera operación. Los padres tuvieron que firmar una autorización, ya que implicaba muchos riesgos: Aarón podía quedar ciego, con discapacidades o, incluso, morir.

La operación duró 6 horas y, cuando terminó, los médicos le explicaron que no lograron sacar el tumor, solo consiguieron raspar un poquito para hacer la biopsia. Algunos días después, los llamaron para explicarles que Aarón tenía un astrocitoma tipo 2-3, y que en Costa Rica no se tenía el equipo para salvarlo.

 

Aarón, internado en el Hospital de Niños.

 

El apoyo de Belén 

 

Isaac Aparicio Cordero Rodríguez, el ex esposo de Marta, empezó a buscar apoyo y se formó un comité de amigos que querían colaborar con la causa: Danilo Pérez Zumbado, Víctor Víquez Bolaños, Roberto Ramírez Ugalde, José Antonio Vives Fuentes (QDEP), Sigifredo Villegas Villalobos, Juan Carlos Murillo Sánchez, Manuel Ortiz Arce, Juan Vianney Gonzáles Ramírez y Esmeralda Zamora Ulloa.

El primer paso fue encontrar un país donde pudieran tratar el tumor de Aarón. En una época en donde no existía tanto acceso a internet, Pipasa, la empresa donde trabajaba Isaac, les facilitaba los medios tecnológicos necesarios. Así empezaron a buscar ayuda, enviando faxes a países como Cuba y Estados Unidos, entre otros lugares.

Finalmente, descubrieron el M. D. Anderson Cancer Center, un centro de investigación universitario en Texas, donde realizaban un tratamiento con una quimioterapia experimental. El costo total era $32.000, el equivalente, en ese entonces, a 5 millones de colones.

El comité inmediatamente empezó a reunirse dos veces a la semana para planear actividades y conseguir la suma requerida, mientras que Marta se dedicaba completamente al cuidado del niño.

“Ellos tomaron decisiones, empezaron a preparar una maratónica. Enviaron cartas a todas las empresas del cantón. Eso nos ayudó montones. Invitaron a varios artistas nacionales y todos vinieron gratis”, indicó Marta.

No hubo un vecino de Belén que no colaborara, los que menos podían ayudaban con las ventas de comidas, grupos como Gaviota dieron conciertos gratuitos, todas las empresas, grandes y pequeñas, donaron dinero, incluso los vecinos de San Rafael estuvieron brindando su apoyo a la causa.

Entre el grupo de personas que ofrecieron su ayuda, se encontraba tía Flory, la conductora del programa Recreo Grande. El día de la gran maratónica, realizada en el Polideportivo, ella trajo a un gran amigo suyo, el cantante internacionalmente reconocido Luis Aguilé, quien cuando conoció la historia de Aarón, no dudo en presentarse al evento de forma totalmente gratuita.

La actividad fue todo un éxito. En un par de meses, la familia había conseguido el dinero y la madre con el hijo se dirigían a Houston. Haciendo estos viajes, la familia duró aproximadamente año y medio. Ella cuenta agradecida como Calixto Chaves donó los pases de avión durante esta época, en su propia aerolínea.

“Yo siempre quise agradecerles a todos: nuestros amigos, las empresas, los compañeros de trabajo, los vecinos que cuidaban a mis otros hijos cuando yo tenía que viajar, artistas, deportistas, Belén entero. Todo el mundo colaboró”, indicó la mamá del pequeño.

Según relata la mamá, luego de año y medio de tratamiento y una oración, el niño le dijo: “Mamá, Jesús me quitó el tumor”. Al día siguiente, el pequeño tuvo una reacción desfavorable a la quimioterapia, y cuando le hicieron exámenes, descubrieron que el tumor había desaparecido, por esto, ellos dicen estar sumamente agradecidos con Dios.

Aarón estudio Teología, es dueño de la pizzería el Semáforo Loco y es misionero. En este momento, está trabajando en el Orfanato Pan de Vida, en Querétaro, México y regresa a Costa Rica el 28 de febrero. La familia Cordero Cordero nunca olvidará todas las muestras de solidaridad y externa su profundo agradecimiento.

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