marzo 29, 2024

Imagen con fines ilustrativos.

Kristell Isabella Umaña Solano*

Estudiante de Palabra Creativa

Sola, sin nadie para apoyarme, me encuentro sin tiempo en la ciudad más inhóspita del planeta. Con un tiempo determinado para vivir en mi ciudad, solo quedan 86 personas sobrevivientes de la tragedia.

Antes, cuando yo tenía aproximadamente 6 años de 25, mi padre y mi madre eran felices. Éramos solo nosotros tres, pero un día, llegaron unos hombres encapuchados, “los policías del tiempo”. Yo no sabía quiénes eran en ese momento y pasó algo que no me gustaría recordar. Ellos entraron y asesinaron a mi padre y a mi madre. 

De la impresión, me desmayé y desperté en un lugar muy extraño, no tenía muchos habitantes y los pocos que había, se escondían. Entonces, me vi la mano y tenía un tatuaje que marcaba la cuenta regresiva de 24 horas. – Tic Toc Tic Toc- sonaba en mi mano, y supe que ese tiempo era el mío, el poco que me quedaba.

No tenía alternativa y tuve que robar el tiempo de otras personas, así pasaron los años y cuando cumplí 12, seguía sin mis padres y en esta situación. Esa parte de mi vida la odiaba y no podía seguir más. Pensé que si huía el reloj desaparecería, pero siguió igual. Solo me quedaba una semana y, en ese momento recordé a mi primo, tal vez el podría regalarme algo de tiempo.

Ahora tengo 25 años, él sí tenía tiempo en grandes cantidades, tenía una enorme mansión y desde ese día, no volví a robar tiempo. Mi primo tenía millones de minutos para mí. 

Aprendí a no robar y aquí estoy, sigo aprendiendo de la vida y de cómo somos todos iguales.

*La autora tiene 11 años de edad, es participante del proyecto Palabra Creativa, fondo concursable de la Municipalidad de Belén. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *