marzo 28, 2024

Belén: de lo rural y agrícola a lo urbano e industrial

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Las granjas avícolas abundaban en el Belén rural.

  • 43% del territorio belemita era dedicado al café en 1963
  • 335 mil pollos existían en 1972

Redacción El Guacho

¿Se imagina jugar entre cafetales, saltarse las cercas de las fincas o robar cuanto fruto hubiera, sin importar el enojo de sus dueños? o ¿por qué no? ¿ir de paseo al río, tirarse un chapuzón en la poza y almorzar en la familia en la orilla? Pues todo esto era posible en Belén, gracias al paisaje agrario y natural que predominaba.

Según el censo agropecuario de 1963, el territorio belemita estuvo dedicado en un 43 % a la producción de cultivos perennes, dentro de los que destacaba el café variedad arábigo e híbrido.

Sobresalían dentro de las fincas de café, aquellas de las familias Flores, Brenes, Zumbado, Chaves y Rohmoser. Paralelo a estas, existían muchos otros productores pequeños independientes. El comercio de la producción cafetalera belemita se favoreció por el ferrocarril al Pacífico, ya que este facilitaba el trasiego de mercancías entre el puerto de Puntarenas y la ciudad capital.

A parte del cultivo del café, se sembraban productos de subsistencia como la cebolla, el chile dulce, el tomate, las legumbres, el maíz, el frijol, la yuca, entre otros.

Además, se practicaba la ganadería que abarcó, entre repastos altos y potreros bajos, un 39 % del área cantonal en 1963. Con pastizales a orillas del río Virilla y zonas de pastoreo en las cercanías del ferrocarril y otras áreas, principalmente, en el distrito de San Antonio.

Las granjas avícolas

En 1963, Belén fue considerado el mayor productor de huevos de la zona de Heredia, con la existencia de más de 45 mil aves de corral, condición que mantuvo en la década de los setenta, cuando había más de 335 mil pollos, de acuerdo al censo agrícola de 1972.

Según actas municipales, entre 1960 y 1969, hubo una tendencia a conceder permisos de construcción para el establecimiento de granjas avícolas en los tres distritos.

Para 1972, se localizaron 61 fincas avícolas en San Antonio, 58 en La Ribera y 46 en La Asunción, de las cuales destacaba la finca Aguilar y Solís.

La llegada de la industria

Por los recursos naturales existentes y la posición estratégica respecto a las tres ciudades principales del país, Belén comenzó a ser atrayente para el establecimiento de la industria. Si bien en el cantón se desarrollaban actividades comerciales y de servicios, no fue hasta 1964 que inició el proceso de industrialización con la llegada de Firestone.

Para 1978, áreas que antes se dedicaban a la producción agrícola se convirtieron zonas industriales, las cuales estaban ubicadas en los distritos de La Ribera y La Asunción. Las empresas en La Ribera, durante ese periodo, fueron Firestone, Tabacalera Costarricense, Olympic, Corvel; mientras que La Asunción contaba con Trimpot, Conducen y la Ticatex.

La urbanización

Aunado a la instalación de nuevas industrias, Belén comenzó a consolidarse como una zona comercial y residencial, con una expansión urbana que se desarrolló principalmente de este a oeste. Con ello, se le dio al suelo un uso residencial que antes no poseía.

Entre 1975 e inicios de la década de 1980, se inició la construcción de las primeras cabinas de lujo de Ciudad Cariari, y del proyecto urbanístico Barrio La Chácara, desarrollado por  la Municipalidad, el Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo (INVU) y el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS). Todo esto fue acompañado de cambios y arreglos en las obras de infraestructura, en aspectos como la construcción de aceras, alcantarillados y la modificación de cañerías por todo el cantón.

Asimismo, durante los ochentas, empresas belemitas y comités de vecinos solicitaron a la Municipalidad áreas verdes para iniciar el levantamiento de nuevas urbanizaciones. Posteriormente, en 1987, el INVU aprobó el proyecto de habitacional más grande de Belén para esa época, lo que culminó en la construcción del Residencial Belén.

Para la década de 1990, Belén es considerado un cantón completamente urbano, dado que el 49,2 % de su territorio se encontró cubierto de infraestructura urbana, según un estudio de la Municipalidad y la Universidad de Costa Rica (UCR).

Desde 1993 hasta la actualidad, el cantón se convirtió en un punto importante para la edificación de complejos residenciales para personas de clase alta. Producto de ello, fue la construcción del Residencial Manantiales, Villas Margot y el crecimiento urbano de Ciudad Cariari.

En 1999, se presentaron los planes del condominio Residencial Horizontal en La Ribera. Para el 2000, el proceso se consolida con el aval para 8 proyectos urbanísticos, entre el 2004-2005, según consta en el archivo municipal de esa época. El incremento en el área urbana continúo después del 2005, a pesar de la aplicación de un transitorio del plan regulador que limitaba los desarrollos urbanísticos.

Para el 2013, cerca de un 60 % del área cantonal estaba ocupada por infraestructura industrial, comercial, residencial o recreacional; y menos de un 10 % se dedicaba a la producción cafetalera. Esto de acuerdo con un estudio realizado por la Municipalidad y la Universidad Nacional (UNA).

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