Producción creativa: desafío y reto
M.Sc Francina Quesada Ávila*
La creatividad como ocurre con otras capacidades del cerebro, tales como la inteligencia y la memoria, engloba varios procesos mentales entrelazados, que no han sido completamente descifrados por la ciencia.
Por este motivo, no se puede definir con exactitud cuál es el proceso específico que lleva a la producción creativa. Por otra parte, el pensamiento es la actividad y creación de la mente; es todo aquello que es traído a la existencia mediante la actividad del intelecto.
Es todo aquel producto que la mente puede generar, incluyendo actividades racionales del intelecto, así como las abstracciones imaginarias. Todo aquello que sea de naturaleza mental, es considerado pensamiento, bien sean estos abstractos, racionales, creativos o artísticos.
El pensamiento original es un proceso mental que nace de la imaginación. No se sabe de qué modo difieren las estrategias mentales entre el pensamiento convencional y el creativo, pero la cualidad de la creatividad puede ser valorada por el resultado final.
Entonces, la creatividad es la facultad de crear, esta supone establecer o introducir por primera vez algo, hacerlo nacer o producir algo de la nada; mientras que por su parte el pensamiento es todo aquello que es traído a existencia, mediante la actividad del intelecto.
El pensamiento creativo, por lo tanto, es el desarrollo de nuevas ideas y concepto. Se trata de la habilidad de formar nuevas combinaciones de ideas para llenar una necesidad. Por eso el resultado o producto del pensamiento creador tiende a ser original.
Formas del pensamiento creativo:
A- Nivel expresivo: se relaciona con formas nuevas de expresar sentimientos. El arte es un ejemplo de esto.
B- Nivel productivo: se incrementa la técnica de ejecución.
C- Nivel inventivo: se encuentra una mayor dosis de invención y capacidad para descubrir nuevas realidades.
D- Nivel innovador: en este nivel interviene la originalidad.
Nivel emergente: define al talento o genio, no se producen modificaciones de principios antiguos, sino la creación de principios nuevos.
Todos tenemos la capacidad de lograr cada uno de estos niveles, la imaginación y la creación no tienen límites. Muchos genios e innovadores han sido llamados locos por su generación.
Por eso, desde nuestros lugares de acción particular, y frente a los desafíos de una sociedad globalizada, conectada y competitiva, se hace urgente crear espacio al pensamiento creador.
Desarrollando ideas, pensando libremente, evitando escuchar críticas que nos impidan soñar, ser locos y retarnos a lo nuevo, a lo no convencional, ser originales.
El pensamiento creador y la producción creativa, que de él surja, es algo que puede lograr cualquier persona que lo desee. Cambiemos nuestros viejos esquemas, atrevámonos a cambiar las fórmulas, a ser locos y osados, desde nuestros lugares de acción, desde una educación que no nos de recetas, sino la capacidad de espacio para crear.
*Actriz, profesora universitaria y coordinadora de arte y cultura del PLN