Sandra Rodríguez Sanabria: folclor, canto y pasión
Sandra Rodríguez Sanabria ha dedicado toda una vida al arte y la cultura en favor del pueblo belemita. Su voz de soprano tiene presencia dondequiera que se escuche y cautiva los sentimientos de sus oyentes. Sus dos mayores pasiones han sido bailar y cantar, según nos comentó. El pueblo belemita le debe múltiples cursos y presentaciones dedicadas a sensibilizar sobre el arte y la cultura.
Su trayectoria artística inicia en su época colegial, en el Liceo Anastasio Alfaro, ubicado en Montes de Oca. En este centro educativo procuraban que sus estudiantes recibieran clases de arte. Doña Sandra participó en el coro y la rondalla estudiantil, y en su último año colegial ganó el concurso institucional de bel canto.
Luego, estudió canto y educación musical en la Universidad de Costa Rica, donde también participó en el coro de ópera.
Belén también la vio crecer como artista. Cuando se mudó al pueblo, hace más de cuarenta años, recibió algunos cursos en la Academia Artística Belemita. Tiempo después, también impartió clases en dicha institución. Sus estudios continuaron en la carrera de danza en la Universidad Nacional.
“Yo disfruté tanto del arte que decidí continuar transmitiendo lo que había aprendido”, expresó doña Sandra. Entonces, nació Sembrando Futuro, una escuela de baile popular en el cantón. Años más tarde, doña Sandra también vio surgir a la Asociación Cultural El Guapinol, siendo la primera coordinadora de talleres. Casi treinta años después, El Guapinol sigue promoviendo el arte y la cultura en Belén.
“Me encanta el bolero, los tangos, las mexicanas; pero yo decidí que quería cantar las canciones de mi país. Ellos tienen sus intérpretes y lo hacen divino, pero ¿quién va a cantar la música de nosotros?”, señaló Rodríguez.
Durante los ochenta, la voz de doña Sandra tuvo un papel protagónico en la Rondalla Municipal de Belén. No obstante, ella describe como “maravilloso” su posterior paso por el Grupo Folclórico Turichiquí, en donde destacó como cantante solista y realizó giras internacionales a países como Italia, Chile, Guatemala, Honduras y Panamá.
“Por esas experiencias tan lindas, yo sigo aquí. Yo quiero que la gente tenga la oportunidad de vivir esas experiencias tan bonitas que se viven con el arte. Son infinitos los beneficios”, manifestó.
Actualmente, imparte un taller dirigido a adultos mayores en El Guapinol, donde no solo cantan y bailan, sino también hacen ejercicios, desarrollan manualidades y reciben charlas sobre salud y otros temas.
Su trayectoria es extensa, admirable y llena de méritos. “Me siento orgullosa”, dice al respecto. Recientemente, en 2019, recibió junto con El Guapinol el Premio Nacional de Gestión y Promoción Cultural.