La violencia y acoso sexual presentes en nuestro cantón
Isabel Hernández González
redaccion@periodicoelguacho.com
El pasado 27 de marzo, el Semanario Universidad publicó las denuncias de 17 mujeres que acusan, a través del hastag #metoo, a Warren Ulloa Argüello, de acoso y violencia sexual. Al día siguiente, los testimonios de tres afectadas más se publicaron en el mismo medio, con el agravante de que afirmaron ser menores cuando sufrieron el acoso.
Entre los testimonios más impactantes, tres de ellas cuentan cómo fueron violadas, pues él insistió en tener contacto sexual, a pesar del rechazo explícito. Además, cinco menores de edad mostraron conversaciones en las que Ulloa las contactó con el propósito de indagar sobre sus vidas sexuales.
¿Qué es violencia y acoso sexual?
Según el Observatorio de violencia de género contra las mujeres y acceso a la justicia, del Poder Judicial, “La violencia sexual es aquella acción que obliga a una persona a mantener contacto de carácter sexual, físico o verbal, o a participar en otras interacciones sexuales sin su voluntad. Según la Ley contra la Violencia Doméstica, artículo 2, inciso d, la violencia sexual ocurre si la persona es obligada a realizar tales actos mediante el uso de fuerza, intimidación, coerción, chantaje, soborno, manipulación, amenaza o cualquier otro mecanismo que anule o limite la voluntad personal”.
El mismo Organismo explica que el acoso u hostigamiento sexual “es toda conducta de contenido sexual que resulte indeseada por la persona que la recibe y que le provoca efectos negativos en su salud física, emocional y el ambiente laboral o de estudios en que se desenvuelve”.
El periódico El Guacho entrevistó a profesionales en Derecho, Trabajo Social y Psicología, entre otras áreas, para comprender a profundidad esta problemática. También, se le solicitó tanto a Warren Ulloa como a Oscar Campos, su abogado, declaraciones, pero prefirieron no referirse al tema.
¿Cómo reconocer a una situación de acoso?
El Poder Judicial ofrece las siguientes señales para saber si usted está una situación de acoso:
- Le prometen tratos preferenciales en la situación actual o futura de trabajo o estudio, a cambio de conductas sexuales.
- La amenazan con daños o castigos referidos a la situación actual o futura, de trabajo o de estudio, si usted no acepta proposiciones de contenido sexual.
- Le hacen acercamientos corporales u otras conductas físicas de naturaleza sexual, indeseadas y ofensivas para usted.
- Le envían mensajes de texto por correo, teléfono o en forma verbal, que resultan hostiles, humillantes u ofensivas para usted.
También, se le consultó a Angélica Venegas, encargada de la Oficina de la Mujer de la Municipalidad de Belén, sobre cómo se puede reconocer una situación de acoso, a lo cual agregó que pueden ser miradas lascivas o gestos sugestivos de índole sexual, uso de palabras con connotación sexual, comentarios o chistes sexuales, humillantes u ofensivos para quien las recibe; así como tocamientos sexuales contra la voluntad.
Además, agregó que “el acoso sexual puede darse en distintos espacios, públicos o privados, donde hay protocolos de manejo dependiendo del sitio donde se produzca el hecho (como la escuela, el trabajo o la familia)”.
¿Por qué las víctimas no denuncian?
De acuerdo con Larissa Arroyo, abogada feminista, entre los principales motivos por los cuales las víctimas no presentan cargos ante la ley se encuentran: la dificultad para llevar el proceso interno de poder asumir qué pasó, la negación como un mecanismo de defensa; la pérdida de confianza en el sistema; y el estigma y ataques públicos hacia ellas”.
Así mismo, se le consultó a Dyalá Castro, psicóloga especialista en estos casos, quien respondió que el silencio viene dado por muchos factores: “romper el silencio es una de las decisiones más difíciles, porque la gente teme mucho las consecuencias personales, familiares y sociales que eso vaya a tener. A nivel personal, el ser juzgadas o juzgados; a nivel familiar que haya algún tipo de dificultad, porque estos temas generan crisis, reacciones fuertes; a nivel social, que la gente los culpe, si la persona hizo algo o no, dentro de la situación”.
La psicóloga agregó que otro elemento importante es que la mayoría de las personas que han sufrido abuso, en el momento, no reaccionaron como ellos se imaginaban que reaccionarían. Esto pasa porque nosotros no estamos preparados realmente para saber cómo reaccionar ante una situación de abuso de poder; no venimos programados para eso; entonces, las personas tienen varias respuestas; pero la más común es la paralización; y luego consideran que no se defendieron lo suficiente, o que no supieron qué hacer, que no fueron lo suficientemente claras o claros, y esto es un mito; la persona tuvo la reacción natural ante esta situación”.
Escuche las palabras de la psicóloga Dyalá Castro, con respecto al silencio de las víctimas de abuso sexual.
El papel del #metoo
Las denuncias contra Ulloa empezaron a salir a luz en redes sociales gracias al movimiento #metoo; el cual consiste en escribir el testimonio de acoso o agresión sexual con las etiquetas #metoo, #yotambién, #yotecreo, en redes sociales, de forma que se promueva el empoderamiento de las afectadas y la empatía hacia ellas.
De acuerdo con Jessica Barquero, trabajadora social de la Municipalidad, “Movimientos como este han servido de ejemplo para que otras mujeres puedan sentirse acuerpadas y apoyadas en un proceso tan difícil como es dar el paso de hacer las denuncias, sean estas penales o denuncias públicas. El ver a otras mujeres dando el paso públicamente, anima a otras víctimas también a hacerlo”.
Por su parte, Barquero indicó que: “estos movimientos ayudan a visibilizar las situaciones que suceden y que en ocasiones no tomamos conciencia de la gravedad de las mismas, porque la violencia socialmente ha estado normalizada, esto ayuda a que las víctimas no se sientan tan solas y se atrevan a denunciar”.
De acuerdo con Larissa Arroyo, a pesar de que algunos consideran que las denuncias solo deberían hacerse de manera penal, concuerda en que este es un primer paso para el empoderamiento y que, posteriormente, se realice la denuncia legal.
En Costa Rica, el ex presidente Oscar Arias Sánchez y Warren Ulloa Argüello son las únicas dos figuras públicas que han sido denunciadas con el hastag #metoo.
En el caso de Ulloa, la editorial en donde publicaba sus libros ya no lo hará más; su programa de radio Literofilia fue cancelado; y se presentó un proyecto de ley para retirar los premios nacionales a personas condenadas por delitos sexuales, lo cual implicaría que, si en un eventual juicio lo declaran culpable, le será retirado el Aquileo J. Echeverría, además de enfrentarse a la condena penal.
La situación en Belén
Ulloa no es el único belemita que ha sido acusado por medio de redes sociales de acosar sexualmente a las mujeres. Una vecina de La Ribera utilizó Facebook para denunciar a Josue Gomez, quien en ese momento trabajaba en Mega Super y actualmente forma parte del grupo de teatro La Poleita. Él le mandaba fotos y le hacía comentarios de índole sexual sin su consentimiento; por lo que ella decidió publicar en su perfil personal las capturas de pantalla de los mensajes que recibía.
Otra joven comenta que la primera vez que vivió acoso sexual callejero, tan solo era una niña y ocurrió mientras jugaba escondido, un hombre adulto la vio y empezó a gritarle obscenidades.
Así mismo, una joven de 24 años que colabora con el periódico indicó que, mientras se dirigía a tomar la buseta del trabajo, el sábado 30 de marzo, a las 5:20 a.m., observó como un hombre sospechoso, con una “mala vibra” se acerca por el otro lado de la calle, ella decidió seguir caminando y mirar hacia otro lado, pero cuando se cruzaron el se volvió hacia ella. La muchacha se volteó a la defensiva y observó como el hombre se sacaba el pene y empezaba a tocarlo de forma lasciva. Ella empezó a caminar más rápido con el temor de que la siguiera o intentara algo más; pues el sitio estaba completamente solo.
Cabe señalar que, como consecuencia del artículo en el Semanario, 9 mujeres belemitas crearon el grupo en Facebook “Yo si te creo Belén”, donde se estarán publicando testimonios de belemitas que han enfrentado esta situación con el escritor o con otras personas.
Al preguntar sobre la cantidad de denuncias recibidas por acoso o violencia sexual, Angélica Venegas indicó que “No se cuentan con estadísticas propiamente generadas desde la OFIM, porque durante estos 20 años, es una gran cantidad de casos que se han atendido por distintas manifestaciones de violencia de género. Se espera que en los próximos años se llegue a contar con un sistema que nos brinde estadística segregadas por diferentes variables o indicadores, entre ellos los tipos de violencia”.
La encargada de la OFIM también agregó que muchas veces, el motivo por el cual la persona busca ayuda no es la situación de violencia en sí, sino uno de sus desencadenantes. Es hasta el momento en que se trabaja su historia de vida que salen a colación situaciones de diferentes manifestaciones de violencia. “Esto dificulta la sistematización de los datos, porque pueden revelarse estas situaciones a lo largo de los distintos periodos de la atención”, señaló Venegas.
¿Qué hacer si se encuentra en una situación de acoso?
Al consultarle a Venegas sobre el procedimiento a realizar, ella indicó que “para la atención del acoso sexual en los espacios públicos, en el 2018 fue aprobado un protocolo para la atención de casos a nivel de intervención policial, donde la persona víctima realiza la denuncia a través del 9-1-1 o en la delegación policial, indicando el lugar, así como los detalles del incidente y la información de la persona denunciada (como viste, características físicas o cualquier dato que permita su identificación), ante lo que eventualmente se presentarán los oficiales para levantar un informe policial”.
También señala que, “desde la Municipalidad, se brinda apoyo a través de la OFIM, Oficina de Igualdad y Equidad de Género, donde se cuentan con grupos de apoyo en cada distrito, así como con servicios de atención individual. Inclusive cuando el caso lo amerite, se brinda acompañamiento para poner las denuncias. Los casos de violencia sexual son abordados de manera prioritaria”.
Por su parte, la funcionaria municipal Jessica Barquero explicó que “cuando la víctima requiere apoyo económico para salir de la relación de violencia, se coordina con Trabajo Social para el otorgamiento de ayudas temporales, que pueden estar relacionadas con el pago de alquiler, compra de alimentos, entre otros, o con la Unidad de Emprendimientos y Promoción Laboral para la búsqueda de empleo”.
Una problemática compleja
Para analizar a profundidad esta situación, le preguntamos a Dyalá Castro, psicóloga especialista, sobre la reacción de la sociedad ante el abuso, a lo cual explicó que “hay muchos mecanismos dentro de las dinámicas de poder o de abuso que pueden tener que ver con las características de la persona, con la misma forma en que se da normalmente la dinámica de abuso, que hacen que la sociedad dude de la víctima, porque desconocen tres factores importantes sobre el abuso: es demasiado frecuente; lo puede hacer cualquier tipo de persona (que puede parecer absolutamente normal); y las reacciones de las víctimas no son las que todo el mundo esperaría; entonces, sí hay un alto nivel en el que se juzga más a la víctima, sobre todo por este último punto; por eso los movimientos que se han llevado a cabo en los últimos años para validar el punto de vista de la víctima son tan valiosos y están generando un efecto de valentía contagiada”.
Una necesidad de cambio
Castro explicó que, para un cambio efectivo, “todavía es necesario avanzar mucho en el apoyo a las sobrevivientes; comprender que la conducta de los abusadores o abusadoras puede parecer perfectamente normal ante las demás personas, pero eso no implica que en lo privado no ejerzan relaciones de poder; entonces, con más información, con sensibilización, esto puede ir avanzando muchísimo”.
Escuche el audio sobre la importancia de la educación sexual, de Dyalá Castro
También indica que la educación en estos temas es sumamente importante. Esta debe iniciar desde prescolar y debe existir un acompañamiento de la familia, “hay muchísimo que hacer, una de las principales críticas que se le hace a la educación sobre el abuso sexual es que se ha centrado en reconocer a las víctimas, cuáles efectos les genera, qué puede hacer la víctima para evitarlo; pero ha habido poco énfasis en la persona que lo comete; entonces, es necesario equilibrar las estrategias; educar a la población en general sobre las dinámicas de una persona abusadora”.
Con respecto a las principales tareas pendientes, la psicóloga explica que “deben trabajarse las relaciones interpersonales, cuáles son las formas en que puedo comunicarme, resolver problemas, llegar a acuerdos, todo tipo de resolución, la comunicación asertiva para yo poder pedir lo que necesito; para entender que la otra persona tiene una opinión y tiene derechos, es básico, el conocimiento y el ejercicio de los derechos desde que son niños y niñas, trabajar el tema de las masculinidades, que está muy relacionado con todo lo que se le dice al hombre que tiene que hacer para ser “un hombre”, también trabajar el tema de género, el respecto a los otros, que las personas son valiosas por ser personas, y no deben pasar por una serie de pruebas para obtener la aprobación”.
Castro también agregó que: “En la sexualidad, tiene que haber respeto, comunicación, diálogo, no se puede hacer nada que la otra persona no haya, de alguna manera, consentido, se debe entender qué es el verdadero consentimiento, todo lo que tenga que ver con la ética de la sexualidad que implica que todo debe conversarse, ponerse sobre la mesa, para llegar a acuerdos de pareja”.
Escuche información ampliada sobre la sexualidad en pareja de la psicóloga Dyalá Castro.
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