Esmeralda Zamora Ulloa: fisioterapeuta de profesión, actriz de corazón
Isabel Hernández González
Isabel.hernandez@periodicoelguacho.com
Muchos hemos disfrutado del talento que despliega Esmeralda Zamora Ulloa, cada vez que se sube a un escenario. Este don, según nos contó ella, viene de la vena materna.
Su profesión principal es la Terapia Física, aunque se ha especializado en muchas áreas. Le apasiona aprender y ayudar a la gente. El colaborar, para ella, es parte de la esencia belemita. Esta eterna enamorada del rey del rock, conocida por en el club de Fans como la viuda de Elvis, ha sido una de las protagonistas de la historia de la cultura en Belén, y aquí le presentamos parte de su historia.
El grupo de teatro municipal
En el año 78, cuando era adolescente, se creó un grupo de teatro y, aunque sus padres no la dejaban participan en este tipo de actividades, tuvo la suerte de que asistía su primo Orlando Venegas Ulloa, por lo que, tanto ella como su hermana Rosaura, obtuvieron el tan anhelado permiso.
El grupo de teatro no estaba solo, en esa época, “Chalo” Sánchez fue quien les ayudó a conseguir el apoyo del Movimiento Nacional de Juventudes. No obstante, ellos también trabajaban mucho para solventar sus gastos.
Esmeralda recuerda con cariño, una adaptación que hicieron de “El pueblo de Dios en el interior de Brasil”, que se llamaba “El pueblo de Dios en el interior del país”, la cual presentaron más de 200 veces. “Fuimos a Puntarenas, a Limón, a Desamparados, por toda Costa Rica anduvimos con esa obra de teatro”. Estos viajes se realizaban siempre en un solo día y ellos mismos debían conseguir el dinero, para todo lo que necesitaran.
Con el tiempo, el grupo empezó a desintegrarse porque algunos se casaban, otros se iban para la universidad y al final quedaban pocos; pero la semilla y el amor por el teatro siguieron ahí.
Argamasa y el teatro El Nacimiento
Luego de varios años, los actores y actrices decidieron reunirse y crear un nuevo grupo de teatro: Argamasa. Al principio, los ensayos en eran en la propia cocina de Esmeralda. El grupo llegó a ser bastante popular: «Teníamos nuestros fans, se llenaban los lugares. A la salida de misa, hacíamos pasacalles para invitar a la gente. Salíamos con los disfraces, bailábamos, y así se nos llenaba el espacio. Viajamos a varias partes del país. Fue una época hermosa», nos explicó Esmeralda.
En el año 1997, para los 90 años del cantón, se hizo toda la investigación para montar «Potrerillos 1907», como una obra de teatro. Para esto, el único requisito pidió Argamasa fue la creación del teatro.
«Era una deuda que el pueblo tenía con nosotros, por existían espacios deportivos por todas partes, y nosotros, los grupos culturales, ayudamos en la recolección de fondos para el Polideportivo. La idea era que, una vez construido el Poli, se crearía un teatro donde están las canchas públicas; pero eso no pasó”, rememoró Esmeralda.
Por ese motivo, cuando se construyó el teatro El Nacimiento, la alegría sirvió de motor para trabajar con más entusiasmo. El grupo ensayaba todos los fines de semana, ahí comían, ahí compartían, ahí estaban las familias completas amantes de la cultura. Lastimosamente, el teatro cerró sus puertas luego de la inundación del Quebrada Seca, y no se volvió a abrir, pese a que a la par se encuentran bodegas municipales en funcionamiento.
Al preguntarle a Esmeralda por los motivos, ella contestó: “Ideas cerradas, mentes obtusas. Existen personas que no permiten que la cultura se desarrolle en nuestro cantón y nunca quisieron el teatro. Luego del cierre, quienes nos dedicamos al arte, fuimos adquiriendo fama y desarrollando nuestras habilidades en otros lados, porque ya nuestro cantón no existe, ese donde hacíamos lunadas, donde nos presentábamos, ya no existe más”.
“Las Asociaciones de Desarrollo, como ADILA y ADI La Ribera, apoyan mucho; pero en San Antonio, no hay un espacio adecuado”, agregó.
Una mujer polifacética
Esmeralda cuenta con varias carreras: licenciada en Terapia Física y Rehabilitación, máster en Docencia, Promoción y Planificación Social, se especializó también en Promoción de las Relaciones de Género y Equidad. El año pasado, obtuvo un título en Tecnología de informática y comunicación en el INA y ahora está estudiando inglés.
Para ella, es importante mantenerse actualizada y disfrutar lo que hace. Trabajó como profesora universitaria y en el Centro Nacional de Rehabilitación (CENARE). Como síndica aportó muchísimo en la elaboración de programas para el fomento de la cultura y en la gestión y desarrollo de la Unidad de Cultura de la Municipalidad; ya que para ella, uno de los mayores placeres es ayudar.
Un mensaje para Belén
Al finalizar la entrevista y luego de meditar sobre la realidad cultural del cantón, Esmeralda nos brindó la siguiente reflexión: “Antes era un orgullo ser de Belén, pero ya no. Belén está aquí, esperándonos, y ya nadie lo cuida. Me duele que se esté dejando perder lo que tenemos, que por el señor dinero se esté cambiando la esencia de los que somos, que se esté cambiando todo monedas, que, al final de cuentas, se gastan y ya no son nada. Yo le pido a Dios que los que vienen, vayan queriendo cuidar lo que hay”.