¿Cuál es la dirección? Parte I
Es posible que Lucila haya dejado a propósito, esta hoja de borrador en el pupitre. Ayer la profesora Annia pidió a los estudiantes, que redactaran un texto descriptivo. Como Lucila no tenía idea de nada, decidió dibujar con palabras aquella casa que guardaba como una fotografía en su interior.
Después de la lección las compañeras se quedaron en el aula comentando el trabajo realizado, de pronto Francia encontró una hoja en el último pupitre de la fila del centro y exclamó – Mirá lo que encontré, Cris , es el borrador del trabajo de Lucy, según la profe es uno de los mejores textos. Leámoslo, para ver qué payasadas escribió.
-No, yo no lo leo- dijo Cristina- a ella no le puede gustar.
– A mí qué me importa, yo sí lo voy a leer y en voz alta, para que vos también te enterés de sus babosadas – añadió Francia – escuchá:
“Vivo en las afueras de la ciudad, una hilera de amapolas azules adorna la entrada; al fondo está la casa de dos plantas, rodeada de palmeras. Mi cuarto es amplio y bien decorado, allí tengo la computadora y una pantalla de 60 pulgadas. Casi siempre estoy sola, porque mis papás trabajan todo el día en la oficina; pero me siento chévere con mi celular y la gata angora, que se llama Moni. En la casa hay un salón de estudio muy acogedor, con un estante repleto de libros y una mesa con tres adornos caros, que papi trajo de México.
Mi compañera Cristina quiere venir a estudiar conmigo; pero ella usa el cabello suelto y a menudo se rasca la cabeza, como si tuviera cáncanos. ¡Qué asco! Dejaría la alfombra llena de pelo y el ejército de piojos andaría hasta por el techo.
Mamá no acepta que lleve a casa gente extraña y a papá, no le agrada que yo me junte con ella; dice que es una muchacha de la canalla, pelotera, que organiza bingos para ayudar a los compañeros del Residencial los Bonos. ¡Bonos! -Repite – quién sabe para dónde irá el dinero.
-Mejor no termino de leer esta porquería ¿Qué se cree esa estúpida? – Afirmó Francia rompiendo el papel y continuó- ¿Oíste bien, Cris? Si no pronunciás palabra es porque no estabas prestando atención.
-Claro escuché de principio a fin; pero eso no es más que una redacción. Yo nunca le he dicho a Lucy, que quiero estudiar con ella ni tampoco me rasco la cabeza. Lucina se propuso ganar puntos, y se le ocurrió inventar esas tonterías nada más. A propósito, amiga, hoy Lucy se fue temprano porque no se sentía bien, pasemos a su casa a dejarle los temas.
– Estás loca, Cris, esa vieja es una pipi cree que por vivir en un chozón, hay que postrarse ante ella.
-¡Ay, Francia! No pensés más en eso, recordá que es un trabajo de clase.
-¿Y qué? Por eso puede burlarse de vos.
– Por supuesto que no, ella no lo hizo con esa intención. Y ya, no hablemos más de eso, amiga.
– ¡Sí, no vale la pena!
– Es correcto Francia, mejor vamos a la soda a tomarnos una leche dulce, hace tanto calor. – Si usted invita – ¡Claro, vamos!
Ambas se dirigieron a la Torcaz y después de unos minutos, Francia aceptó ir a visitar a la compañera con la condición de que no le facilitaran los temas. Además, le rogó a su amiga que si Lucy las invitaba a entrar a la casa, no aceptaran para no darle gusto de presumir.