diciembre 25, 2024

Yaudi María Monge González: escalando las cimas de la perseverancia

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Yaudi en la cima del Monte Kilimanjaro. Foto cortesía.

Yaudi en la cima del Monte Kilimanjaro. Foto cortesía.

redaccion@periodicoelguacho.com

Perseverancia es la palabra con la que Yaudi María Monge González, de 27 años y vecina de San Vicente, describe las cimas que ha alcanzado en su práctica del trekking.

La cima más reciente que alcanzó fue el Monte Kilimanjaro, en África, en septiembre de este año. Este logro fue un hito importante para Yaudi, ya que cumplió uno de los sueños de su vida: visitar este continente. Lo más espectacular para ella fue que lo consiguió caminando hacia la cumbre más alta de África, la cual representó su primera gran cumbre.

“Supe que el sueño ya se había hecho realidad”, comentó Yaudi al alcanzar la cima del Kilimanjaro, tras ocho días consecutivos de caminata por la montaña.

Ella relató que caminó en un frío extremo que congelaba hasta el agua de las botellas, mientras avanzaba lentamente por las pendientes. A pesar de las condiciones adversas, los paisajes y los amaneceres eran espectaculares.

“A todos los del grupo nos miden el oxígeno y el ritmo cardiaco. Es bonito sentir ese apoyo entre todos. Sentir que cada vez estamos más cerca. Se viene el reto de que el oxígeno que puede ir disminuyendo. Dormir a una altura elevada tiene sus riesgos”, mencionó.

“Recuerdo que el día número 8, el 24 de septiembre, a las 4:30 de la mañana, comenzamos a caminar. Se nos congelaban los dedos de los pies; era increíble el frío que hacía. Yo no lo sentía, por un momento me preocupé. Pero bueno, era parte de lo normal, porque estaba haciendo mucho frío. Por más guantes que lleváramos, el frío siempre estaba ahí”, relató.

Cada vez que iban subiendo, los guías utilizaban una frase, “pole pole”, que alentaba a continuar la travesía como si fuera una fiesta. “Fue tan hermoso porque lo emocionaba a uno”, destacó.

“Ellos nos decían: ‘Mejor no volvamos a ver arriba; sigan caminando, cada vez queda menos’”, recordó.

“Gracias a Dios, no sentí ningún tipo de síntomas de mal de altura. Me sentí emocionada, me sentí muy bien. Algo que me llenó mucho de emoción fue que pude ayudar a personas a caminar hacia la cumbre”, rememoró.

El principio

Al inicio, Yaudi relató que no solía realizar actividad física, hasta que la invitaron a hacer caminatas. Fue entonces cuando empezó a sentir una conexión con la naturaleza y a disfrutar de la satisfacción de alcanzar una cumbre.

Comenzó recorriendo 5 kilómetros, luego 10, y más tarde 20 kilómetros. Después surgió la idea de ir a la base del Everest, lo cual requirió mayor preparación que tuvo que compaginar con sus estudios de Ingeniería Informática y su trabajo.

“Me empecé a preparar. Empecé a investigar y a escuchar varias charlas sobre el tema del hiking y del trekking. También empecé a salir a caminar por varios lugares de Costa Rica y me propuse entrenar en el Cerro Chirripó”, explicó.

“Esa fue mi primera vez. Hice un sube y baja al Cerro Chirripó, después fui al Cerro Dragón, a varias cataratas en Bajos del Toro, y finalmente llegué a la base del Everest”, mencionó.

“Cuando llegué a esa altura, vi que mi cuerpo lo dio todo. Seguía súper bien en el tema del oxígeno, que es súper importante, y siempre estuvo excelente. Ahí despertó más mi amor hacia las montañas, hacia subir y lograr cumbres”, añadió.

En la base del Everest “surgió una historia muy bonita, porque ahí también conocí a una persona súper especial, que actualmente es mi pareja y me ha acompañado a subir muchas cumbres”, dijo.

Además, Yaudi ha alcanzado otras cumbres, como los volcanes de Fuego, Tajumulco y Acatenango, en Guatemala, y el volcán Barú, en Panamá.

Inspiración

Cada cumbre que Yaudi escala le da inspiración. “Cuando voy a las montañas, siento que es como la vida. A veces llega esa cumbre alta, esa cuesta pronunciada, y tienes que ver cómo la subes. Después puede haber otra bajada, y bueno, tienes que tomar decisiones. Vuelves a subir y cuando llegas a esa meta se siente muy satisfactorio”, mencionó.

La inspiración y el amor por las montañas siguen impulsando a Yaudi hacia su próximo objetivo: alcanzar el pico Huayna Potosí, de 6,500 metros, en Bolivia, con la mirada puesta en el Aconcagua, la montaña más alta de América.

“No se rindan. Todos los sueños se cumplen. El que persevera alcanza. Si se lo proponen, de verdad van a llegar a esa cumbre bien alta, y la satisfacción será increíble. Hay que descubrir lo que nos enseñan las montañas, esos paraísos”, finalizó Yaudi, alentando a más mujeres jóvenes como ella a emprender hacia sus sueños.

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