Vecinos hartos de “aparente club” swinger en Cariari
- Fuertes ruidos que se extienden hasta horas de la madrugada impiden dormir
Roberto Rodríguez Sánchez
redaccion@periodicoelguacho.com
Lo que parecía una fiesta de fin de semana, terminó siendo la pesadilla que desvela a vecinos del Residencial Doña Claudia en Cariari, luego que esas actividades continuaran y ahora pareciera que nadie las frena.
En 2019, cansados de no poder dormir, los vecinos de ese sector interpusieron varias denuncias ante el Ministerio de Salud y la Municipalidad alegando que debían soportar el escándalo nocturno, ruidos sexualizados y abundancia de vehículos estacionados en las calles.
Entre enero y febrero de 2020, les indicaron que las pruebas no eran contundentes para cancelar la patente del Boutique Hotel Príncipe de Lignac, aunque para ellos las pruebas presentadas sí lo son.
La consternación aumentó cuando el sábado santo de este año, en media pandemia, hubo un evento que inició a las 9 de la mañana y terminó hasta la madrugada; además, algunos vieron violentadas sus propiedades por participantes del evento. Ante ello, acudieron al 9-1-1, interpusieron una denuncia al Poder Judicial donde obtuvieron un auxilio policial y denunciaron la actividad en el canal Multimedios.
Dados los acontecimientos de Semana Santa presentaron un escrito al Concejo Municipal el 27 de abril de 2020 solicitando la revisión de la patente comercial otorgada al establecimiento, alegando que las actividades realizadas “en ese lugar atentan contra la tranquilidad, seguridad y decencia del barrio”.
La respuesta que obtuvieron de parte del Concejo Municipal fue la solicitud de un informe a la Alcaldía y la Unidad Tributaria para conocer las acciones que se habían realizado al respecto; sin embargo, aún siguen a la espera del informe.
Asimismo, el 19 de junio de 2020, la persona apoderada de dicho establecimiento solicitó formalmente ante la Municipalidad la cancelación de la patente. Empero, los escándalos continúan en el mismo sitio y los vecinos ven que las instituciones no toman las acciones pertinentes.
Los afectados
“A nosotros lo que más nos molesta es el ruido. Mi hijo trabaja desde la casa y no consigue concentrarse. El lunes 26 de octubre, él tuvo que ir a tocar el timbre para que bajaran el volumen de la música a las 10 a.m. y a las 12:30 p.m, ya que no podía trabajar”, comentó Roxana Soto Salas.
“Pueden tener cualquier negocio. El que quieran tener. Lo que reclamamos es que nos dejen vivir en paz, que nos dejen dormir en paz”, relató.
“En este barrio hay muchos adultos mayores con problemas de salud, con más de 40 años de estar acá. Tenemos derecho. La constitución lo dice. No entiendo cómo las instituciones que están para apoyar a los habitantes no accionan”, argumentó Soto.
Dados los acontecimientos, algunos vecinos del barrio decidieron vender las propiedades. “La casa que está al lado de dónde hacen los eventos hace más de un año la vendieron baratísima. También estoy pensando en vender si aparece alguien y la compra”, agregó.
“Me pongo a rezar. Rezar, hasta que logre conciliar el sueño”, concluyó Soto deseando que sus rezos sean escuchados y preocupada de los ruidos que tendrá que soportar en las fiestas que se avecinan