Eterna Gratitud: en memoria de Rafael Ángel Pérez Córdoba
Por: Oscar Manuel Álvarez González
Profesor, entrenador y vecino de San Antonio.
El pasado 25 de abril falleció nuestro gran amigo Rafael Ángel Pérez, hoy en vísperas de navidad cumplirá 8 meses de su partida. Nacido en el cantón de Mora pero radicado en Belén hace más de 40 años, Rafael fue un verdadero baluarte del deporte costarricense. De origen humilde pero con un carisma y una voluntad de acero, se dedicó a las carreras de largo aliento conocidas como pruebas pedestres o carreras de ruta logrando grandes triunfos para nuestro país, donde destaca su hazaña más memorable al ganar la noche del 31 de diciembre de 1974 la gran carrera internacional de San Silvestre en São Paulo, Brasil, en la cual compitió contra 180 corredores de 34 países y triunfando con un tiempo de 23:58.
Sus mejores momentos se ubican entre 1975 y 1976 cuando el 8 de febrero ganó los 21 kilómetros en Coamo, Puerto Rico, en la ciudad de San Blas Illescas con un tiempo de 1:03:46, que se convirtió en el mejor registro de la prueba y, posteriormente, en record mundial para esta distancia. Durante esta competencia venció entre otros al medallista olímpico Lasse Viren de Finlandia en las pruebas de 5.000 y 10.000 metros en Munich, Alemania 1974 y en Montreal, Canadá en 1976. Otro triunfo importante de los muchos que logro Rafael Ángel fue ganar la carrera de San Fernando en Punta del Este, Uruguay, donde logró vencer a otro campeón olímpico Gastón Roelant de Bélgica, medallista de oro en los 3.000 metros con obstáculos.
Acumuló en toda su carrera deportiva un total de 220 carreras nacionales y 65 internacionales celebradas en 22 países del mundo. Actualmente, ostenta el record nacional de 10.000 metros con una marca de 28:48 logrado en Xnoxville, Tennessi, EEUU, el 6 de mayo 1976.
Nació el 3 de julio 1946, se graduó en educación física con énfasis en Planificación Curricular y tuvo un doctorado en Ciencias de la Educación, también fue Asesor Nacional de Educación en el gobierno de Rafael Ángel Calderón Fournier.
Fue un maestro de maestros sin lugar a dudas y el mejor atleta de su época. Hoy lo recuerdo con gran admiración y un verdadero cariño porque fue nuestro entrenador y siempre estuvo dispuesto a ayudarme en diferentes circunstancias presentadas en mi vida. Por eso y mucho más cuando se presentó la posibilidad de llevarlo a la Galería del Deporte Costarricense, no lo dudé ni un instante para realizar los trámites necesarios y ubicarlo donde se encuentran las glorias del deporte en el año 1995. Por eso el día que lo acompañé en su partida a la gloria eterna disfruté enormemente el imaginarlo correr por la alfombra del paraíso y poder abrazarlo y demostrarle mi “Eterna Gratitud”.