“Apuntes Históricos de mi Pueblo”: Capítulo VIII. Monseñor Antonio del Carmen Monestel
Por. Filadelfo González Murillo*
Desde abril de 1895 a junio de 1896, sirvió el Curato el presbítero Pablo Guillén y, en esa fecha, o sea el 12 de junio de 1896, fue nombrado Cura de esta Parroquia, quien llegó a ser Obispo de Alajuela, Ilustrísimo Monseñor Dr. Antonio del Carmen Monestel.
Desde su llegada a este pueblo, en principio a trabajar incesantemente por el adelanto del mismo, tanto en el orden espiritual, donde era infatigable, como en el orden y progreso material. Cuatro años después de haber recibido el Curato y con el fin de terminar sus estudios de Derecho Canónico, emprendió su primer viaje a Roma. Ingresó, por especial recomendación, en el ‘’Colegio de Nobles Celesias’’, en donde obtuvo la Boria de Doctor en Derecho Canónico donde era Rector del Colegio el eminentísimo Cardenal Meri de Nal.
Estando allí obtuvo, de su Santidad León XIII muchas gracias espirituales para enriquecer la Parroquia. Entre ellas obtuvo el que nuestra Iglesia fuera agregada a la Santa Casa de Secreto y que se pudiera ganar las mismas indulgencias que se ganaban visitando la Santa Casa; obtuvo, además, gran número de indulgencias plenarias ‘’in artículo mortis’’ para jefes de familia de este pueblo de modo que quedaron comprendidas en ellas todos los vecinos, pues se extendió la gracia hasta el tercer grado inclusive.
Regresó de ese viaje en noviembre de 1902. Habiéndolo recibido el pueblo con gran entusiasmo, le hizo una magnífica recepción, lo obsequió además con un banquete. En este viaje,compró con sus propios fondos, la bellísima estatua de San Antonio que luce en nuestra Iglesia y la cual obsequió al pueblo, en esa fecha.
Por ese tiempo, habiendo muerto el recordado Monseñor Thiel, fue propuesto Monseñor Monestel por la Santa Sede para sucederlo. Se interpuso en el nombramiento el Presidente don Ascensión Esquivel, el cual, de acuerdo con algunos señores influyentes de San José, entre ellos doña Julia Álvarez, intervino para que la Santa Sede nombrara Obispo de Costa Rica al entonces Rector del Seminario, Dr. Juan Gaspar Storck.
En 1905, la Santa Sede, por medio de su Santidad Pío X, le confirió el título de Prelado Doméstico de Su Santidad; con ese motivo, el pueblo únicamente le preparó una gran fiesta para el día de la investidura. El pueblo de gala asistió a la fiesta y después de la ceremonia religiosa, el asistente don Carlos M. Jiménez, a nombre y en representación del pueblo, pronunció un elocuente discurso.
El 24 de marzo de 1902, por iniciativa propia de Monseñor Monestel, fundó la Caja de Ahorros en el pueblo, que funcionó diez años, con muy buenos resultados para la comunidad.
Desgraciadamente, nuestra inconstancia hizo que se liquidara definitivamente en mayo de 1912. En 1902, con motivo de celebrarse ese año el Cincuentenario de la Proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción, se organizó una peregrinación de todo el pueblo al Santuario Nacional de Nuestra Señora de los Ángeles en Cartago, con el mayor orden y disciplina, sin que hubiera que lamentar el menor incidente. Con tres máquinas que arrastraban más de dieciocho carros, fue conducido la mayor parte del pueblo a la Vieja Metrópoli.
Para esto, hubo necesidad de ir a tomar el tren al Atlántico a la estación Echeverría, desde donde fue conducido a Cartago. A la vuelta se obtuvo que, mediante el pago de cincuenta colones, por la entrada de cada máquina, vinieron los trenes a desembarcar a los peregrinos, admirando el orden armónico y la disciplina que en todo reinó. Varias familias de la capital, se encontraban aquí de temporada ese año; entre ellas recuerdo a don José Astúa Aguilar, en aquel entonces Ministro de Gobernación y Policía, que admiraba el orden que en todo había reinado sin más autoridad que la del Cura.
Con ese motivo y para conmemorar la fecha del Cincuentenario de la Proclamación del Dogma de la Inmaculada, se construyó un similar de la gruta de Lourdes en el cementerio de la Iglesia. La primera que se construyó en Costa Rica, porque ese privilegio no lo quita, aunque después se hayan construido muchas otras y más lujosas. Esta se inauguró el último domingo de abril de 1905, fecha desde la cual, con especialidades, se puso al pueblo bajo la protección especial de la Santísima Virgen.
*El autor fue vecino de toda la vida de San Antonio de Belén, fue además Jefe Político (antigua denominación de la figura de Alcalde) de Belén. Los relatos narrados provienen de un cuaderno de apuntes redactado en 1924, que el autor regaló a su hijo Ricardo ‘’Ricardito’’ González y que varias décadas después fueron transcritas para su publicación por Benedicto Zumbado Z. La mayoría de relatos provienen de los abuelos del autor, Niberato González y Concepción Moya, quienes a su vez el autor explica que eran nietos de los fundadores del pueblo.