noviembre 24, 2024

La película La Pasión de Cristo recrea las últimas horas de Jesús.

  • Una belemita terminó bastante asustada luego de ver esta película

Luis Eduardo Sánchez Quesada

redaccion@periodicoelguacho.com

Una joven belemita se fue a disfrutar de la película La Pasión de Cristo en una función especial de un espacio cinematográfico llamado Retrospectiva.

Iba en compañía de su familia. Compraron su boleto, palomitas y refrescos. Lo que que seguía era disfrutar de una de las películas del polémico Mel Gibson, estrenada en el año 2004 y con la participación de Jim Caviezel como Jesús de Nazareth y Maia Morgenstern como la Virgen María.

Aquella belemita empezó a disfrutar de esta producción que se ha convertido en uno de los filmes más esperados para estas celebraciones religiosas y que fue muy polémica en su momento y hasta censurada en varios países.

Todo iba bien, uno que otro susto con las escenas sangrientas, pero el miedo la invadió en la escena en la que se representa la aparición del Diablo. «Ay Mami que es ese bicho tan horrible» dijo la joven juego de ver aquella representación.

Aunque cerró los ojos para evitar ver el personaje que representaba «El Diablo», aquella imagen se le quedó grabada en la cabeza y la atormentó durante toda la película.

Finalizada la cinta, venía la primera prueba. Era de noche y el servicio sanitario del cine estaba apagado. «Tía acompañeme al baño, yo sola no voy, después me sale esa cosa y que hago yo» y la tía la acompañó al servicio sanitario. Según nos cuenta la tía de la joven, «la ida al servicio fue más por miedo que por otra cosa».

Luego de haber llegado a su casa, venía la verdadera prueba: acostarse a dormir sola y con la luz apagada. Para mitigar el miedo, la joven pidió la compañía de su hermano. Según ella, con él cerca no le daría miedo.

El hermano de la joven, atendiendo el llamado de su hermana y se dispuso a acompañarla. Se apagaron las luces y a los pocos minutos vino el primer susto. ¡Hermano tengo miedo! Exclamó la joven quien se quedó esperando un gesto o una palabra de aliento.

Pues está joven todavía lo sigue esperando, porque su hermano se durmió profundamente y no escuchó nada ni le dio apoyo a aquella joven bastante asustada.

A la mañana siguiente la joven asustada le dijo a su hermano: ¡Ingrato, te dormiste y parecías una piedra.Ni tan siquiera te diste cuenta que pasé asustada toda la noche! El hermano sabiamente le dijo: «Esos son representaciones que se hacen en el cine, no hay porque tener».

Ahora, año con año, esta familia se reúne todos los Viernes Santos a ver esta película y recordar aquella jocosa anécdota que causó mucho desvelo y susto a aquella joven belemita.

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