¿Y ahora qué?
Yendry Delgado Aguilar*
A un año de haber iniciado la pandemia y de que el famoso coronavirus haya llegado a Costa Rica, podemos hacer un recuento de todas las lecciones aprendidas con esta bendita crisis. Las crisis son las mejores maestras, obviamente en el momento cuando atravesamos por esos caminos nos sentimos derrotados, sin mucho sentido, abrumados, desorientados, deprimidos, tristes, no vemos salidas posibles, asustados, enojados, resentidos.
En fin, cuántas emociones experimentadas en medio del torbellino, pero siempre hay luz al final del túnel, si decidimos entrar en movimiento, si decidimos cambiar lo que haya que cambiar para enfrentar lo que se nos presenta y seguir adelante y en la mayoría de las veces quedamos muy fortalecidos, habiendo experimentado situaciones que ya nadie nos tiene que contar. Ya pasamos por ahí, “por donde asustan”, lo superamos. Pero nuevas crisis vendrán, eso es seguro.
Lo importante es saberse con una variedad de herramientas que no por casualidad tenemos en nuestro “Taller de la Sabiduría”. Corren tiempos de profunda transformación a todos los niveles, una familia, una comunidad, un pueblo, un país no cambia de por sí. Cambiamos nosotros (si queremos) y si eso pasa, hace que todo cambie.
Cada quién ha tenido, con toda esta experiencia global, determinadas lecciones, es responsabilidad personal qué hacer con todo eso. Muchos ya no contamos con seres queridos, ya sea por causa del Covid o por otras causas, ¿qué me queda de una situación así? Indudablemente hay un replanteamiento de la vida.
Las cosas que nos parecían sumamente importantes cambian, ya no son tan trascendentales. Nos queda la maravillosa opción de estar en el instante, de solo por este momento disfrutar de todo lo que se me da: el aire tan fundamental, el agua, el sol, las personas de mis círculos cercanos, las risas, los momentos de solidaridad, el abrazo. Eso, lo que realmente importa, lo que sí nos llevamos cuando partamos de este mundo.
Y ahora ¿Usted qué va a hacer con todo ese tesoro?