Puente Mulas y el Desarrollo Histórico de Belén: I Parte
M.sc. German Alvarado Luna
Circunstancias geográficas
A lo largo de la historia, el segmento del río Virilla ubicado en el cantón de Belén, por la estrechez de algunos de sus tractos, ha sido un punto preferencial para comunicar los sectores este y oeste del Valle Central, lo cual ha condicionado el desarrollo histórico de ese territorio.
Las sendas indígenas y el paso de las mulas
En la época precolombina, este segmento del Virilla formó parte de un camino que los pueblos indígenas utilizaron para comunicarse entre sí. Durante ese período, en los márgenes del río, se trazaron sendas y fue navegado mediante pequeñas embarcaciones.
Según el historiador Carlos Molina con la conquista española, dicho segmento se constituyó como parte del “Camino de las Mulas”, el cual servía para transportar mulas de Nicaragua y Honduras a Panamá. Según el historiador Jorge León, en Belén, a 1 o 2 kilómetros hacia el sur del actual puente, hubo un paso poco abrupto donde las mulas que seguían la ruta entre Guanacaste, Esparza, Pacaca y Santa Ana, eran cruzadas para llevarlas al Valle del Barva a descansar. Luego se volvían a cruzar para seguir la ruta hacia Panamá.
Los puentes de madera
El historiador Jorge León explica que a vísperas de la Independencia, con el crecimiento económico y poblacional de la parte norte del Valle Central, el paso de las mulas va a jugar un papel primordial en los intercambios comerciales entre los pueblos del centro de Costa Rica.
La dificultad de bajar el cañón y la fuerza del caudal va a generar que entre 1810 y 1820 se construya el primer puente de madera. Este autor también menciona que el puente es constantemente azotado por las crecientes del río, por lo que cada 5a 10 años hubo que reconstruirlo. De igual modo, señala que, después de la Independencia, la importancia del paso se mantiene, pues en 1835, en el marco de la Guerra de la Liga, el puente de madera fue volado por las tropas heredianas para evitar la avanzada de los josefinos.
A mediados del Siglo XIX, León indica que con el desarrollo de la economía cafetalera, la construcción de la Carretera Nacional y el crecimiento poblacional y económico de las poblaciones del suroeste de San José (Desamparados, Aserrí, Escazú, Santa Ana, Mora, y Puriscal), el paso del río Virilla por Belén aumenta en importancia. Este iba a permitir que los agricultores de esos lugares pudieran trasladar sus productos agrícolas hacia Puntarenas. Así, León recalca que, con todo esto, la preocupación por mejorar el puente sobre el Río Virilla aumentó considerablemente, ya que era un paso peligroso donde se llegó a reportar la caída de carretas al río. Entre 1850 y 1870 se registra que dicho puente debió ser constantemente arreglado.
El puente de arco
Según el historiador Jorge León, con la entrada de los liberales, y sus planes de mejorar la infraestructura del país, se decide en 1872, construir un puente de mampostería (cal y canto) en dicho paso.
Este puente se empezó a construir en 1873 mediante una licitación otorgada a los hermanos Trejos Gutiérrez de Heredia por la suma de 10.000 pesos.
León muestra que se decidió construir el puente “en un sitio aguas abajo del Paso de las Mulas, en un terreno perteneciente a Juan María Solera, donde el cauce se estrechaba y existía roca para cimentar la construcción con nuevos accesos tanto por el lado de Santa Ana como de Belén”. Según este autor, la obra constó de dos bastiones de piedra de cinco varas en cuadro con un arco de dieciséis varas de ancho sobre los cuales iban los muros laterales y un camino de 4 varas de ancho (suficiente para pasar una carreta) y con una longitud total de unas 30 varas. En diciembre de 1874, se completó la construcción de ese puente de arco.
Un nodo cultural y económico
El paso por el río Virilla va a influir en que el territorio de lo que hoy es el cantón de Belén, se configura como un nodo de intercambios culturales y económicos. Esto va a condicionar que en la cultura de este lugar haya presencia de los intercambios con los pueblos que estuvieron asociados a ese paso, principalmente los mesoamericanos, y que a nivel económico asuma un papel de área de sesteo hasta al menos inicios del Siglo XX.
Notas
-El autor es historiador, profesor de Estudios Sociales y especialista en Desarrollo Sostenible.
-El presente documento forma parte del proyecto “Memorias de Puente Mulas”, financiado con los fondos concursables para el desarrollo artístico de la Municipalidad de Belén.
-Las fuentes para elaborar este documento fueron: Molina, C. (2005). Y las mulas no durmieron. Los arrieros en Costa Rica: siglo XVI a XIX.; León, J. (2020). Notas sobre Puente Mulas.