Melissa Esquivel Mondragón: la chofer de bus preferida de los belemitas
Por: Isabel Hernández González
Isabel.hernandez@periódicoelguacho.com
Melissa Esquivel Mondragón es la conductora de bus más querida por quienes viajan desde La Ribera hasta San José. Ella tiene 41 años, creció en Los Lagos de Heredia, y ya lleva más de tres años de ser reconocida por su excelente labor.
Ella ha roto con el mito patriarcal de que las mujeres son malas conductoras, pues en su trabajo, día a día, demuestra ser incluso mejor que muchos hombres como chofer de bus.
Al preguntarle qué le gusta más de su trabajo, Melissa nos confesó que “pese a que es cansado, porque son jornadas tan largas, vale la pena, porque se conoce gente muy linda, se conoce a personas muy especiales”.
Melissa recuerda con cariño, por ejemplo, a doña Eugenia, una vecina de Escobal que, cuando ella debía hacer esa ruta, siempre la esperaba y le compraba un pancito. El mes pasado, no vio más a la señora, por suerte, habían intercambiado los números de teléfono; entonces decidió escribirle y fue así como se enteró que se había pensionado y retirado a Orosí de Cartago. Doña Eugenia le manifestó su cariño e invitó a visitarla en aquel lugar, ya que la quería como a una hija.
Sin embargo, cuando inició en este trabajo, se encontraba personas machistas que le gritaban. Melissa rememora el caso de un señor que se subió al bus en San José y, cerca del Real Cariari, se paró en la barra y empezó a gritarle, para que le abriera, en plena pista, antes de la parada. Varios pasajeros ese día, intervinieron para defenderla, porque la actitud era muy violenta.
No obstante, pasado el tiempo, el señor la buscó para disculparse en público por ese episodio de agresividad y para comprarle una repostería, ya que, con los días, constató que Melissa era “mejor conductora que cualquier otro chofer de bus”.
Al preguntarle sobre a qué le atribuye ese cambio de actitud, ella nos cuenta que la desconfianza inicial, tanto en hombres como en mujeres, es producto del machismo, pero que, conforme la conocen y ven su trabajo, cambian de actitud. Ahora, según nos indica, mucha gente incluso prefiere esperar media hora o más, con tal de viajar con ella; pues, además, le han tomado cariño.
Tal ha sido el caso de “los viejitos de La Ribera”, “ellos me aman, me ven y saludan. Yo siento que es porque yo les tengo paciencia, hay que cuidarlos. Todos vamos para allá. Había dos de ellos que eran hermanos y siempre se subían juntos al bus, hasta que un día, uno de ellos se subió solito y me contó que su hermano se había muerto, eso me dolió mucho”, nos narró, conmovida, Melissa.
Otra historia que le afectó mucho fue la de una mamá que viajaba todos los días con su hijo de 8 años a San José, pero un día la señora se subió sola al bus, cuando le preguntó por el niño, ella le confesó “se me murió”. Melissa nos confesó que se “atacó a llorar” ante la noticia, “yo sabía que el niño tenía cáncer y que iban al Hospital de Niños, pero esperaba que se hubiera recuperado”.
A pesar de las dificultades y los momentos tristes, Melissa tiene una actitud positiva e invita a todas aquellas mujeres que quieren incursionar en una actividad “de hombres” a que se atrevan: “sí se puede, cuando uno quiere, debe ponerle un poquito de ganas y amor”.
El bus con portalito
Un detalle que llena el corazón de muchos belemitas es el portalito que Melissa pone en su bus todos los años. Al preguntarle sobre el origen de esta costumbre, ella nos compartió la historia.
Melissa nos contó que siempre ha sentido un gran amor por esta la Navidad y que, de hecho, durante todo el año tiene un arbolito en su chochera; pero, durante el primer año como conductora, vio que no le alcanzaba el tiempo para decorar su casa como deseaba, entonces tuvo la iniciativa de traer la navidad a su trabajo.
Ella nos comentó que le gusta mucho la alegría de las personas cuando ven el bus decorado y que muchas señoras, incluso, le obsequian nuevos adornos para que los incluya en el bus, como esferas, muñecos de nieve, conos, entre otros.
Un mensaje para Belén
Melissa nos contó que, en general, está muy agradecida por todo el cariño y apoyo de la gente, especialmente de La Ribera.