Sobre el quehacer nocturno de la juventud belemita
Michelangelo Grieco Aguero
Estudiante UCR
En el cantón de Belén la juventud juega un rol importante, uno de sus aspectos más relevantes es el innovar, destacarse, generar ideas, proyectos y actividades con gran ímpetu y entusiasmo (poniendo como ejemplo más claro la realización del presente periódico cantonal); así se puede ver en la comunidad con distintas agrupaciones juveniles: desde las pastorales juveniles, agrupaciones deportivas, círculos de lectura y el simple hecho de reunirse por tener cosas en común. Sin embargo, todo en torno a lo que gira la vida social juvenil en el cantón, así como en el resto del país, responde a una trama cultural moderna, caracterizada por el siglo XXI.
Con la influencia del crecimiento demográfico, una heterogénea mezcla cultural e ideológica y un ritmo de vida acelerado, la juventud busca un lugar en una sociedad caracterizada por el individualismo y la globalización que son resultado de las tendencias mundiales. Se vive en una era de placeres efímeros, de culto a los bienes materiales, de modas fugaces, de corrupción y demagogia política y comercial, diferenciada de manera especial por la introducción de los dispositivos digitales y la conexión a la red Internet. Es muy diferente la juventud que pudieron haber tenido los padres de los jóvenes de ahora, si bien la brecha generacional se repite cada vez porque a los adultos les resulta dificultoso entender las modas posteriores porque las relacionan con aquellas de su época.
Esto también se replica en las instancias administrativas de cualquier entidad, una Junta Directiva, una Municipalidad o un Gobierno que quiera incidir en propuestas dirigidas a la juventud forzosamente debe recoger propuestas que venga directamente de los jóvenes y que sean ellos mismos quienes puedan desarrollar proyectos, porque son los que entienden los deseos o necesidades que los aquejan. Si se deja al cuidado de los adultos desarrollar propuestas para los jóvenes, no van a funcionar, porque estas personas se valdrían de sus experiencias en sus años mozos y no corresponden a las ideas actuales de la juventud.
Este fenómeno se replica en nuestro cantón, cuya vida social nocturna es inexistente, después de las 9 pm no puede verse mucha actividad alrededor del centro; sin embargo, para muchos jóvenes la noche empieza a las 10 pm o más tarde y buscan reunirse y pasar un buen rato, por lo que se valen de sus propios medios para divertirse. Luego se genera desconfianza en los vecinos que ven acercarse al frente de su casa a unas cuatro personas que si acaso están reunidas para charlar, no es culpa de unos ni de otros, sino de la falta de políticas y de actividades que permitan a los jóvenes un momento de esparcimiento así como la falta de espacios (principalmente desde la Municipalidad). Es imperante que una nueva administración municipal dé espacios a los jóvenes, apoye sus ideas y genere proyectos desde la consulta popular, no como ha sido siempre, un hermético grupo en los aposentos municipales que creen saber qué es lo mejor para cada persona ignorando lo que piensa y negándole su posibilidad de participar. Un ejemplo de ello fue la no inscripción por parte del Área Social de la Municipalidad del Comité Cantonal de la Persona Joven, causando que perdieran la posibilidad de generar proyectos con el dinero destinado para tal fin.