octubre 17, 2024

Promoción de la lectura y la narración oral en la población infantil del cantón de Belén

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La “Caravana de historias para contar y jugar” se llevó a cabo en los centros educativos del cantón. Foto de Mauricio Gómez.

La “Caravana de historias para contar y jugar” se llevó a cabo en los centros educativos del cantón. Foto de Mauricio Gómez.

La lectura y la narración de historias en grupo son actividades que fortalecen los lazos fraternales y benefician el desarrollo, tanto intelectual como emocional de los participantes.

Las historias nos llenan de escenarios que debemos recrear con nuestra imaginación. Además, nos permiten visualizar personajes y situaciones externas a lo cotidiano, resultando una práctica que estimula la imaginación y la creatividad.

Al compartir historias en grupo desde una edad temprana, se puede crear un ambiente en el que los niños y las niñas desarrollen un interés y una pasión por los libros, pues ver a sus compañeros disfrutar de la lectura y del juego de la voz, hace que los más jóvenes se sientan motivados a explorar por sí mismos y descubrir el mundo mágico que se encuentra entre las páginas de un libro.

Por estas razones, el 23 de abril, se celebró el día del libro y como parte del programa de sensibilización artística que lleva la asociación cultural El Guapinol a las escuelas públicas, se realizó la “Caravana de historias para contar y jugar”, un evento para llevar la magia de la literatura infantil a las escuelas en conmemoración del día del libro. 

Desde la coordinación artística se tomó la iniciativa de incluir el estímulo literario en los cursos e incorporar la maravillosa fuente de los libros a cada disciplina en particular: teatro, dibujo y pintura, escritura creativa, folclor.

Familia que juega y lee

La lectura en familia puede llegar a estimular habilidades tan valiosas como el pensamiento crítico y la iniciativa para la resolución de problemas.

De igual forma, las habilidades lingüísticas no se quedan atrás. Los juegos de palabras y el uso de sonidos o canciones, contribuyen al desarrollo del vocabulario, a la comprensión oral y a la expresión verbal, además de promover el gusto por la lectura. 

Uno de los problemas más acuciantes de los que hablan los maestros en las instituciones de secundaria o incluso universitarias es que los jóvenes no saben hablar en público. Se hace evidente que tienen mala dicción y les cuesta construir ideas cuando deben improvisar respuestas o argumentos de mayor complejidad. 

Al ejercitar la escucha y tener que participar en conversaciones sobre tramas y personajes, las personas aprenden desde temprana edad a ampliar su rango de palabras, crear estructuras gramaticales y en general ampliar su dominio del lenguaje para expresarse de forma natural.

Sumado a lo anterior está una de las razones más importantes: el fortalecimiento de los lazos familiares. Independientemente de la cantidad de personas que se aglomeran en torno a las historias o del vínculo que tengan entre ellos, la lectura en familia es un momento especial de conexión y cercanía. Sentarnos juntos para disfrutar de un cuento o leyenda, como un hábito recurrente, refuerza los lazos afectivos, genera un ambiente de confianza y proporciona un espacio seguro para expresar emociones e ideas.

Hemos subestimado la importancia de desarrollar las habilidades de escucha y atención: leer en grupo requiere que todos presten atención y se concentren en la historia. Esto desarrolla su capacidad de escucha activa y mejora su atención promoviendo que se involucren en la historia para participar oportunamente en el juego que dicha historia plantea o permite. Esto desarrolla la capacidad de escucha activa y mejora la atención sostenida, habilidades que son valiosas tanto en ámbito académico como en el personal.

Los cuentos suelen inculcar valores y enseñanzas, lo cual propicia un aprendizaje que no resulta forzado, al contrario, es entretenido e incluso más fácil de asimilar para la vida.

Además, el “cómo” es determinante, tanto lo que narras como la forma de hacerlo permite transmitir mensajes y enseñanzas importantes. 

Los libros pueden abordar temas como la amistad, la empatía, la resolución de conflictos, el respeto por la diversidad y muchos otros valores fundamentales para el desarrollo de la niñez y la juventud. Con esto, se promueve también el desarrollo emocional, permitiendo explorar y comprender diferentes emociones o situaciones controversiales. 

En estas sesiones literarias se pueden abordar incluso temas tabú, que en la cotidianidad muchas veces no sabemos cómo tratar, como la muerte, la separación conyugal, las enfermedades o las distintas adversidades de la vida.

Los pequeños pueden identificarse con los personajes y aprender a manejar sus propias emociones al ver cómo los protagonistas enfrentan desafíos y resuelven problemas complejos.

En resumen, la lectura y la narración de historias en familia son una forma poderosa de educar, entretener y fortalecer los lazos entre sus miembros. Estas actividades cultivan el amor por la lectura, estimulan la imaginación y mejoran las habilidades lingüísticas. Además, fortalecen los lazos familiares y promueven el crecimiento intelectual de todos. Disfrutar juntos de una buena historia es una experiencia invaluable.

Ideas y juegos de lectura

Me he dado a la tarea de imaginar y desarrollar un tipo de lectura dinámica en la que todos los integrantes del grupo participen activamente, de manera que resulte verdaderamente divertido y enriquecedor. Además de fomentar la habilidad de la expresión oral, estas prácticas hacen que la lectura sea interactiva y estimulante. 

Estas son algunas ideas para incorporar a la dinámica de lectura:

Lectura coral: en lugar de que solo el adulto lea, pueden asignarse roles a diferentes miembros de la familia para que cada uno lea un fragmento del texto. Pueden turnarse para leer párrafos, diálogos o incluso personajes específicos. 

Esto promueve la participación de todos y permite que cada uno se involucre activamente en la lectura. Para darle mayor reto a los lectores, pueden leer algunos parlamentos en pareja o en tríos, para dar la sensación de multitud. Por ejemplo, si hay un personaje que denota pluralidad, como “los habitantes”, “la multitud”, “los duendes”, se pueden asignar a varios integrantes que lean coordinadamente. Esto funciona muy bien en grupos numerosos de personas.

Juegos de sonidos: durante la lectura, pueden acordar ciertos sonidos o efectos de sonido que se debe hacer en determinadas situaciones. Por ejemplo, si en el cuento aparece un animal, pueden imitar su sonido correspondiente. Esto añade diversión y creatividad a la lectura y los más chicos se sentirán emocionados de participar con los sonidos adecuados en los momentos indicados. También pueden tener elementos que generen dichos sonidos, por ejemplo, una bolsa de papel puede ser agitada para semejar truenos o viento entre los árboles, incluso pasos en el bosque.

Retos del habla: se puede incorporar juegos de palabras, trabalenguas o adivinanzas relacionadas con el tema del libro. Después de cada capítulo o al finalizar la historia, pueden hacer un pequeño juego de palabras en el que todos intenten realizar un reto como resolver la adivinanza que se propuso al inicio de la lectura. Esto no solo promueve la expresión oral, sino también la agilidad mental y el sentido del humor.

Juego dramático: si la historia lo permite, pueden actuar pequeñas escenas o diálogos del libro. Cada miembro de la familia puede tomar el papel de un personaje y representarlo mientras los demás siguen la historia. Esto ayuda a desarrollar habilidades de expresión oral, expresión corporal y creatividad, además de hacer que la historia cobre vida de una manera muy especial.

Debate y reflexiones: después de cada capítulo o al finalizar la lectura, pueden tener momentos de discusión y reflexión sobre la historia. Cada integrante puede compartir sus impresiones, hacer preguntas, expresar teorías sobre algún proceder de los personajes o simplemente expresar qué le gustó o le sorprendió de la historia. Esto fomenta la expresión oral, la capacidad de análisis y la participación activa de todos los miembros de la familia.

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