Elecciones municipales: resultados y preguntas.
E. Danilo Pérez Zumbado.
Aunque teníamos la esperanza de que, en las elecciones locales de febrero, ocurriera alguna modificación interesante, en el fondo dudábamos, a la vez, que se produjese un cambio radical del estado de cosas. El suscrito sostenía varios presupuestos, unos se confirmaron y otros chocaron radicalmente con la realidad: primero, que resultaría sumamente difícil desbancar al PUSC; segundo, Liberación Nacional recogería resultados por debajo de la Alianza por Belén; tercero, la Alianza estaría cerca de alcanzar dos regidurías; cuarto el Republicano social cristiano no lograría ninguna plaza y finalmente, el partido Libertario no pasaría de una votación familiar.
Liberación fue uno de los derrotados. Perdió un regidor y fracasó por segunda vez, con el mismo candidato, en la búsqueda de la alcaldía. En condiciones críticas (división interna, incapacidad de convocar su asamblea cantonal, sin miembros de mesa, etc.), este partido apostó a su capital electoral sin mayores dividendos: no pasó de los 2000 votos. Lo que se intentó como economía de recursos (no presentar miembros de mesa), devino no solamente en reflejo de su crisis sino en una contribución a la desmejora de la ya, de por sí, precaria democracia electorera: ahora el TSE paga delegados para las mesas pues estamos lejos de las rebosantes participaciones de campañas anteriores. Sin embargo el supuesto de que estaría debajo de la Alianza fue una equivocación importante. Había que reconocer su capital histórico de votantes y asumir que la ausencia de miembros de mesa serviría para acarrear votos fuera del recinto electoral. Políticamente hablando, sin embargo, creo que la factura es alta: tendrá que realizar un arduo trabajo para recomponer la organización y fortalecer una visión política que les recupere espacio.
La Alianza por Belén (constituida por Pibe, Frente Amplio (FA) y Acción Ciudadana (PAC), imaginaba resultados diferentes. Por un lado, una coalición de tres partidos suponía una multiplicación electoral y, por otro, su arranque prematuro y bien organizado figuraba un mejoramiento en la capacidad de llegada y de movilización del voto. Además, la apertura en la persona de Julio Chaves como candidato a la alcaldía daba esperanza de acercar nuevos electores. Lo cierto es que los votos obtenidos no respaldaron esas expectativas. Los aproximadamente 1300 votos emitidos (alcaldía y regidores), ubicaron a la Alianza por debajo de Liberación. Votos que provenían principalmente del núcleo electoral del Pibe, en poca medida del FA y casi en nada del PAC. La alianza no pudo multiplicar. Habría que recordar que el FA está haciendo sus primeras armas en justas municipales (en las elecciones del 2010 apoyó las candidaturas del Pibe) y que el PAC no presentó candidato a la alcaldía en las elecciones del 2010, de manera que su arrastre electoral fue débil. Un atenuante de los resultados es que, con respecto al voto a la alcaldía, la Alianza superó en 500 votos la votación del Pibe en el 2010.
De seguro la lectura electoral fue errónea, se creó una expectativa mayor al capital electoral posible. Electoralmente la Alianza falló. Pueden obtenerse, sin embargo, ganancias políticas relevantes: capacidad para crear y activar una alianza, mantener la dinámica política desde el año 2014, afinar y potenciar el aparato organizativo (coordinación, comisiones, etc.), elaborar un extenso y fundamentado programa de trabajo, desarrollar exitosamente la presencia en las redes sociales, etc.
El Partido Republicano social cristiano (PRSC) fue, sin duda, un ganador electoral. Obtuvo un regidor con escasos meses de participación. A finales del 2015 este grupo andaba todavía en la búsqueda de una tienda en la cual cobijarse. Acudió al PUSC, a la Alianza y finalmente obtuvo un toldo en el PRSC. Aparte la honorabilidad de sus integrantes, sobre este grupo habría que decir que no tuvo asamblea cantonal, su papeleta fue ratificada en la asamblea nacional del PRSC, no presentó miembros de mesa y apenas elaboró un breve esquema de ideas como programa. Sin duda recogieron el voto de sus allegados y familiares, principalmente el voto inasible del PAC y de algunos votantes nuevos que restaron un poco al abstencionismo. Irónicamente obtuvieron igual resultado que la Alianza con un trabajo incomparablemente menor. Cabe preguntar si este resultado será suficiente para que este grupo, ahora en el PRSC, se potencie política y organizativamente para futuras elecciones. Sobre el Movimiento Libertario hay poco que decir, su presencia fue nula en el proceso y su votación sólo responde a seguidores familiares. Aunque en Belén nunca ha sido una opción fuerte, su resultado es expresión del fracaso del partido a nivel nacional.
El PUSC fue el ganador electoral de esta contienda. Aumentaron el voto en comparación con el 2010 y aunque no tienen el control absoluto, disponen de la alcaldía y dos regidurías. Su caudal responde a su viejo capital electoral y a la plataforma clientelar que han articulado a lo largo de diez años. Este partido, a nivel cantonal, ha logrado tejer una red, muy eficaz y leal, de seguidores que, más allá de su identificación ideológica, responden a las dádivas que logran generar, dentro y fuera, del aparato municipal. Esta manera de administrar sirve para el bono de vivienda, la beca de secundaria, las láminas de zinc, el trámite de pasaporte, el traslado de plaza en propiedad y un sin fin de favores que abandona el desarrollo de programas estratégicos de carácter comunal y privilegia la existencia de una población siempre dispuesta a dar el voto a cambio de algo. Dada la disponibilidad de recursos municipales y de dicha plataforma será difícil desplazarlo; tal suposición se sostiene aún más si, como ya ocurrió en esta elección, el abstencionismo sigue siendo alto.
Dado este mosaico de resultados, generamos algunas preguntas sobre el futuro que se avecina. ¿Intentará Liberación un alejamiento del PUSC o jugará como aliado incondicional como lo hiciera su segundo de abordo en parte del cuatrenio que culmina en mayo del 2016? ¿Intentará la Alianza establecer puentes de comunicación con Liberación y el PRSC para establecer un contrapeso en la dinámica municipal? ¿Buscará el PRSC una identidad política propia o terminará enredado en los mecates del PUSC? ¿Optará el PUSC por una política de desarrollo municipal estratégico en detrimento de su política clientelista? ¿Será posible una dinámica municipal que, aparte de las consabidas diferencias políticas, logre acuerdos para impulsar áreas estratégicas?
No es posible jugar al oráculo, empero, solamente afirmamos que mientras el ethos político, conservador y el abstencionista, de este pueblo se mantengan, hay pocas posibilidades de cambios realmente significativos en los años venideros.