Día de Judas

En Semana Santa, el sábado santo  algunos celebraban el Día de Judas. ¿Cómo se celebraba hace algunos años en Belén? Lo invitamos a leer esta historia tomada del libro Belén Antes : Un pueblo con chispa joven.

Por Ana Teresa Sánchez Zumbado (Q.e.p.d) 

El Sábado Santo, después de la misa, los creyentes se retiraban a sus casas, pero los jóvenes atrevidos se reunían a altas horas de la noche para alterar el orden.

No respetaban nada, la idea era disfrutar de la noche de Judas. Era vox populi, por eso la policía estaba alerta y en más de una ocasión, los jóvenes lograron esquivarla.

Los habitantes del cantón no podían dejar nada en el corredor: muebles, sillas, matas, excusados, rótulos, tucas grandes y cuanta cosa estuviera a su alcance las movilizaban hacia la plaza o un terreno baldío, que se localizaba al costado oeste de la misma.

Al día siguiente, los propietarios de los artículos iban a recogerlos o buscaban a jóvenes, para que les ayudaran a trasladarlos. ¡Qué ironía! Muchos de ellos habían participado en el Día de Judas.

Algunas personas todavían recuerdan el día en que los vándalos consiguieron unas «tustes» de vaca, las amarraron en los mecates de jalar las campanas y luego metieron un perro en el campanario. Cuando este trataba de morderlas, sonaban las campanas.

Otras veces, confeccionaban un muñeco estrafalario, lo llenaban de chunches viejos, lo sujetaban de un palo que ponían en el centro de la plaza y después le «volaban fuego».

Lo insólito fue que, en otra ocasión, tuvieron la paciencia de instalar en el terreno, frente a la plaza, una letrina con todo y cajón, amarraron un chancho a la puerta y le colocaron el rótulo que tenía el doctor Hurtado.

El domingo siguiente, a las 5:00 a.m. cuando la gente participaba de la procesión del Resucitado; se encontró con ese panorama tan grotesco.