Currículo del repartidor de periódico en el cantón de Belén
Así se reparte el periódico más leído de Belén.
Michelangelo Grieco Aguero.
Colaborador El Guacho
La tarea de repartir el periódico no es fácil, menos aún si se tiene la condición física de un chanchito cerca de las épocas navideñas. Esto nunca lo contempla el alegre repartidor a la hora de subir y bajar la Asunción o el Residencial de la Ribera, pasando por cada una de las calles y de las casas que allí se encuentran y para su poca fortuna cargando unos doscientos periódicos enrollados.
De entre las cualidades que debe tener un repartidor destacan varias importantes, una de ellas debe ser la precisión y el tino de un jugador de béisbol con el brazo (específicamente el “pitcher” o lanzador) para entregar el periódico a los pies de la puerta de nuestros queridos lectores; sin embargo, es idealista pensar que llegue a suceder. Con nuestro personal actual admitimos que debe de haber algunos periódicos enredados en algún arbusto o metidos en alguna maceta o debajo de alguna silla mecedora, pero consideramos como un plus fomentar el carácter investigativo de los belemitas que intentan descubrir dónde diantres cayó el bendito periódico (si es que siquiera entró al corredor correspondiente), recomendamos recrear la escena y verificar las posibles trayectorias que pudo haber tenido. Por otro lado, es común que terminen siendo una tortilla de papel cuando se les lanza cerca de algún automóvil parqueado, pero bueno, por lo menos ahora abarca menos espacio que siendo un rollito. Sin embargo, después de todo esto, siempre le es posible al belemita leerlo sin ningún contratiempo.
Otra cualidad importante es el sigilo, muchas caricaturas muestran exageradamente cómo sufren los carteros llegando a los buzones para entregar las cartas sin saber que se encuentran acechados por su depredador natural: los perros de las casas. Y hemos comprobado siguiendo el método científico que esta relación no es ninguna exageración, desde el primer momento en que se está cerca de un portón empiezan a ladrar hasta quedarse sin galillo intentando destrozar cualquier extremidad que se acerque, y más aún, hay que tener la audacia suficiente para que el periódico a entregar no termine siendo una pila de confeti. De igual manera, tener cara de malo no resulta de mucha ayuda, pues si se reparte en la noche se puede confundir con un ladrón y lo puede parar a uno a la policía (y posiblemente se preguntará por qué diablos se robó una pila de periódicos), en fin, de entre las posibilidades que puede encontrar un repartidor del periódico, estas son apenas unas cuantas.
Los aspectos positivos de ser un repartidor es que se conoce bien el barrio donde uno vive, se conocen a los vecinos que agradecidamente reciben el periódico y de cuando en cuando les gusta platicar sobre las notas. Lo que más cuesta en este aspecto es el poder entregar a todas las casas que hay en una propiedad, sin tener que invadirla; si uno es un sinvergüenza no le importará pasar adentro para dejar el periódico en las casas, sin embargo siempre da pena tener que hacerlo y que lo vean a uno con mala cara, hasta que ven los periódicos y se dan cuenta que son los repartidores.
Ser un repartidor es todo un trabajo (bueno, de a gratis, pero un trabajo al fin) que si bien consume tiempo y es muy laborioso, es gratificante a la vez; poder llevar la información del cantón a las casas de nuestros estimados lectores y que El Guacho de verdad sea leído por los belemitas. Así que si tiene las cualidades necesarias para ser un repartidor, póngalo en su currículo y ¡no dude en contactarnos! En seguida lo pondremos a trabajar.