Andrea Cordero: la oficial de tránsito apasionada de su profesión
Luis Zárate Alvarado
luis.zarate@periodicoelguacho.com
Cuando Andrea Cordero Hernández habla de su profesión, su rostro fácilmente transmite la pasión que siente por lo que hace. No por nada, durante esta entrevista, en repetidas ocasiones, expresó sentirse “enamorada” de ser oficial de tránsito.
Quizás eso se debe a que la comunidad le agradece su labor diaria regulando el tránsito vehicular de las calles belemitas. O quizás es por el cariño que recibe de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes que semana a semana atiende en los cursos de seguridad vial que imparte en los centros educativos.
Lo cierto es que Andrea, de risa a flor de piel y con un verbo siempre amable, es de esas mujeres que destacan en Belén por la labor de servicio que realizan y ella, en particular, sobresale al trabajar en una profesión que, históricamente, ha dominado el sexo masculino.
Para Andrea, asumir un puesto como policía no es “romper estereotipos”, sino que es acerca de demostrar que todas las personas tienen las mismas oportunidades.
Según recordó, en su familia, fue criada como una más entre sus 10 integrantes; en el seno del hogar, se le inculcó la igualdad que al distribuir las responsabilidades y labores. “Mi papá y mi mamá me vieron igual que mis hermanos varones; todos teníamos la misma capacidad de respuesta”, reveló.
“Mi mensaje para hombres o mujeres es que posibilidades de trabajo existen, solo tenemos que buscar; las capacidades para realizar el trabajo las tenemos todos. Debemos buscar y hacer brillar esa luz que cada quien tiene y, así, ser una estrella para alguien más”, manifestó.
Sus inicios en la policía
Cordero nació en 1983, tiene 35 años y es madre de dos adolescentes; María Fernanda de 15 años y Nicole, de 13. Esta oficial es oriunda de San Rafael de Heredia y vive, actualmente, en San Pablo.
Ingresó a la Policía Nacional de Tránsito en 2009. Primero, ejerció en San José y, posteriormente, en la delegación de Heredia. Desde 2014, es oficial de tránsito municipal en nuestra comunidad.
¿Cómo llegó a convertirse en oficial? Según relató, luego de que se graduara de Psicología en la Universidad Nacional, se enfrentó a un mercado laboral muy difícil.
En el 2009, se anunció un concurso nacional para contratar nuevos oficiales; entonces, un tío le sugirió que participara. Aseguró que lo pensó y, finalmente, decidió dejar los papeles; sin embargo, confesó que jamás pensó ser policía.
Después de realizar extenuantes pruebas físicas y psicológicas, recibió la llamada y el 1 de diciembre del 2009 empezó su entrenamiento en la Escuela Nacional de Policía. En aquel momento, de los 100 oficiales nuevos, sólo eran 7 mujeres.
Las fiestas de fin de año, el Tope Nacional y el Festival de la Luz, le dieron su bienvenida. En esos eventos, le tocó tirarse a la calle para realizar trabajos de regulación vial. “En las primeras experiencias, era un saco de nervios. No sabía si lo estaba haciendo bien, pero había que resolver”, adujo.
Marcada en la vida
Varias situaciones marcaron para siempre la vida de nuestro personaje; una de ellas la fue la muerte de su esposo luego de sufrir de cáncer, lo cual es una de las razones por las que llegó a Belén.
Andrea relató con dolor cómo durante varios meses se hizo cargo de su compañero en los momentos más duros de esta enfermedad.
Una vez que este trago amargo pasara por su vida, la oficial regresó a sus funciones en la delegación de Heredia, pero las cosas ya no fueron las mismas.
Un accidente que dejó como resultado un fallecido en carretera, en la ruta entre San José y Heredia, golpearía de una manera no prevista a Andrea.
Según recordó, sucedió el 11 de julio del 2013 a las 5:00 a.m. La víctima, de 42 años, era un peatón que se dirigía a trabajar, “nadie lo identificaba, pasamos horas en el lugar esperando el levantamiento del cuerpo”, contó.
Una vez que el Organismo de Investigación Judicial reveló la identidad empezó el drama. Entre los que veían la escena, estaba el padre y la viuda del fallecido. “La esposa del muchacho era grande, tenía mucho cuerpo, me tocó sostenerla, porque quería tirarse sobre el marido muerto”, lamentó Cordero.
A Andrea, le tocó atender esta situación a tan solo un mes después de la muerte de su esposo y esto le provocó revivir todo su sufrimiento; “después de esto, durante el día pasé llorando por la señora. Todo lo que ella decía me llegó al corazón”, agregó.
Entonces, Andrea decidió hacer un cambio y, casualmente, en aquel tiempo, salió un anuncio en los periódicos donde se buscaban policías municipales para Belén. Su hermano David, quien es oficial en la Municipalidad de San José, le sugirió concursar.
Sin embargo, ella, que siempre había escuchado con asombro lo que pasaba en las calles de la capital y más bien le pedía a su hermano que buscara otro trabajo, dudó por algunos minutos dar ese salto.
Finalmente, se decidió “me arriesgué y me vine a probar. Fueron 30 personas las que participaron y solo 3 eran mujeres. Me realizaron todas las pruebas y, al poco tiempo, me avisaron que había ingresado”.
Fue el 1 de setiembre del 2014 cuando Andrea arrancó su historia en nuestro cantón, primero como policía municipal.
“Cuando llegué acá, empecé otra historia”. Atrás, quedó el sufrimiento por la muerte de su esposo y los dramas que se viven durante los accidentes en carretera.
Asumir como oficial de policía era algo nuevo para Andrea, “era una materia que no manejaba”, admitió. Fue gracias a las capacitaciones de Christopher May, su actual jefe, que pudo asumir de buena manera sus funciones.
Aquí, en Belén, se encontró con un colega oficial de tránsito, Gary Jiménez, quien en ese entonces estaba interesado en desarrollar el proyecto del tránsito municipal.
Gracias al apoyo del Concejo Municipal de aquellos años y del Alcalde, el proyecto de la Policía Municipal de Tránsito arrancó en enero del 2015, lo que convirtió a Belén en la segunda municipalidad, a nivel nacional, que implementó estos servicios. Actualmente, este departamento es liderado por Sergio Trujillo y, en total, son 5 oficiales.
Andrea se encarga de coordinar la parte operativa y, también, imparte cursos y charlas de seguridad vial en escuelas y colegios. Además, da lecciones para realizar la prueba teórica para obtener la licencia de conducir.
Esta oficial comenta que, gracias a sus funciones como instructora, ha podido usar técnicas de su profesión, psicóloga social. “Todas las técnicas que nos dieron en los cursos de la U las implemento en lo que hago con los niños y adolescentes”, destacó.
Andrea se despidió agradeciendo por todos los saludos que recibe en las calles que, sin duda, alimentan el espíritu de servicio que prevalece en esta mujer.