Xinia Vargas: cultura, arte y teatro corren por sus venas
Ulises Araya
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Hablar de Xinia Vargas conllevará hablar sobre la cultura y arte en Belén. Su historia de vida, cargada de lucha y pasión, está entremezclada con todo tipo de expresiones artísticas, especialmente el teatro, el cual llena la vida de esta admirable vecina del Residencial Belén.
Los primeros años de Xinia fueron muy duros. A los tres meses fue abandonada por su madre, por ello fue criada en la casa de sus abuelos paternos en Belén y, pese, a que ahí no le faltó nada, la sensación de rechazo por parte de su entorno la afectaba emocionalmente: “fue difícil en el sentido de que la gente al saber que no era parte de esa familia, de alguna manera me discriminaba, también como que sentía lástima por mí (vecinos, profesores de escuela), tal vez por eso, fui siempre muy rebelde, tuve que morder, patear para llegar a donde estoy hoy”, comenta Xinia.
El teatro: su pasión
Desde niña Xinia adquirió la pasión por toda clase de expresiones artísticas. Afirma que fue muy joven cuando tuvo sus primeros acercamientos a la poesía, que le marcaron significativamente: “yo era enamorada leyendo poesía. Me aprendía los poemas me encantaba Jorge Debravo, pero mis favoritos fueron Mario Bennetti y Jorge Luis Borges” cuenta Xinia.
Tiempo después, a finales de 1978, salió a caminar por el centro, y al llegar a las gradas de la municipalidad, se encontró con su amiga del alma Esmeralda Zamora. Ella le preguntó por lo que estaba haciendo y Esmeralda le contestó que era parte del teatro Belén. Xinia inmediatamente le preguntó que si ella podía participar y la respuesta fue afirmativa. En ese momento que Xinia conocería la que sería su pasión de vida: el teatro.
“Lo más lindo es que de ese grupo de teatro seguimos todos siendo amigos y todavía nos reunimos, entre quienes participábamos estaban: Gilberto Fuentes, Ronald Salas, Carlos Rodríguez, Sigifredo Villegas, Esmeralda Zamora, Patricia Zumbado, Manuel Ortiz, Víctor Villegas, entre otros más. Nos reunimos una vez al año y hacemos fiestas” relata Vargas. De hecho, fue en el Teatro Belén en donde Xinia conocería también al amor de su vida, Sigifredo Villegas, con quien finalmente se casaría en 1984.
Otra de las alegrías que el teatro le brindó a esta talentosa belemita fue la de darse cuenta que más que un hobbie, mediante el teatro podía inspirar a las demás personas. Cuenta que cuando Melissa Zumbado se graduó de la universidad, escuchó un carro que pitaba insistentemente frente a su casa, ella salió rápidamente y vio a Melissa, quien con título en mano, se le tiró encima para agradecerle por haber sido su inspiración. Esta anécdota aun hoy en día le eriza la piel.
Reconocimiento a su trabajo
A lo largo de su carrera, Xinia ha participado en más de 15 obras teatrales y una película en la que fue protagonista, Potrillos 1907, del director José Chaves. Si bien sus primeros años en este mundo los dedicó a “colocar luces y ayudar con el sonido”, poco a poco fue superando su pánico escénico hasta alcanzar una gran reputación como una connotada actriz. Cuenta que en 1996, cuanto montaron “La Subarrí” y “El sueño de un Ángel”, Danilo Pérez y Sandra Rodríguez la vieron y le expresaron que tenía una gran capacidad para ser actriz. Sandra también la motivaría para incursionar en el arte de contar cuentos y en el trabajo con adultos mayores, del que nos comenta, es una gran fuente de inspiración.
En el año 2000, con la obra “Romeo y Julieta: algo para contar” obtendría su primer premio: “gané como mejor actriz, cuando participamos en el festival Grano de Oro de la Municipalidad de San José, fue la primera vez que yo gané algo con el teatro. Me dieron en esa ocasión 55 000 colones. También José Vives ganó como mejor actor de reparto y José “Chepe” Chaves, como mejor actor”. Además, con esta exitosa obra, realizarían giras a varios lugares del país e inclusive hasta México.
Más recientemente, en el año 2008 comenzó a trabajar en el Museo Juan Santamaría en Alajuela, donde gracias al concepto fresco que trabajó su director de aquel momento Juan Madrigal, pudo incorporarse al elenco de los personajes de la campaña de 1856 como una mujer de aquella época, quien junto a Juanito Mora, Pancha Carrasco y otros más, narraban los acontecimientos de la gesta heróica. Su participación de varios años en el Museo Juan Santamaría le abriría las puertas a otros trabajos más. De hecho, actualmente es protagonista en la comedia “Mi Abuela es un Peligro”, que se está presentando los fines de semana en San José en el teatro la Esquina.
¿Y el teatro en Belén?
Xinia lamenta el cierre de espacios que se ha dado en el cantón de Belén. El recuerdo del teatro El Nacimiento la entristece, pues eran buenos tiempos. De hecho, cuando en el 2007 estaban montando “Única Mirando al Mar”, bajo la dirección de Gustavo Monge, se vino la gran inundación que fue pretexto, para que la alcaldía cerrara definitivamente el único espacio con que contaban.
Luego de esto, a toda la comunidad artística de Belén le cerraron las puertas. A ella le duele que, para poder desempeñarse en teatro, tuviera que irse a otros lugares, al igual que muchas otras personas dedicadas a la cultura, como el caso Allan Quesada, quien realiza un gran trabajo en Mora.
Xinia no se anda por las ramas y acusa directamente a la alcaldía por no darle importancia al tema del teatro: “estoy completamente segura de porqué es: el arte concientiza a las personas, es una forma de criticar cosas. Es una forma de hacernos críticos sociales y a la municipalidad o a este alcalde no le interesa tener gente que piensa, solo gente que le diga sí a lo que él diga, gente que con una lata o un diario de diez rojos le den el voto, uno con el arte aprende a tener consciencia”.
Ahora que se juramentará una nueva comisión pro-teatro ante el Concejo Municipal, Xinia les recomienda a sus integrantes que no se dejen engatusar. Asegura que a ella personalmente muchas veces Horacio Alvarado le prometió el teatro y estas son las horas en que el cantón sigue sin un recinto adecuado. Les pide, además, que “no se dejen meter gato por liebre”, dado que también ronda la idea de un auditorio que no es lo mismo que un teatro, esto sería darles atolillo con el dedo.
Vivir sin resentimientos y deseándole el bien al prójimo
Xinia tiene claros cuales son buenos consejos para pasar una vida feliz. Considera que ha aprendido muchas lecciones en su vida y da una recomendación a todas las personas que van a leer sus palabras en la siguiente edición de El Guacho.
“Yo aprendí muchas cosas en la vida. Se aprende más con miel que con hiel, y es mejor dar y dar y no esperar nada de nadie, y he logrado tantas cosas cuando cambié mi forma de pensar. Mi trabajo con los adultos mayores, el amor que les tengo y todo el trabajo que doy para pasar lo mejor al lado de ellos. He tratado de desear lo mejor a todas las personas que me rodean, no tengo la capacidad de guardar odios, ni resentimientos, ni orgullos porque nada de eso ayuda en la vida para nada”, aconsejó Vargas.