Pedregal debe ubicarse y dejar de pensar que Belén es su feudo
Vuelve la burra al Pedregal, de nuevo la gran y poderosa empresa de ‘’Macho’’ Zamora vuelve a tomarse la libertad que pareciera solo le está permitida a ella de construir, barrer, excavar y mover tierras sin permiso alguno para hacerlo.
Qué importa que los trabajos se lleven a cabo sobre un área de protección bajo la que fluye el agua que consumen miles de costarricenses del Valle Central, qué importa que se dañe el patrimonio cultural de los belemitas Puente Mulas. Este es su pueblo y no hay ley que le valga. Aquí la municipalidad -pensará Macho- responde únicamente a sus intereses, no es como la de Liberia que le demandó y producto de esta demanda le ocasionó que fuera sentenciado a 2 años de prisión por la comprobación de cuatro delitos ambientales y una indemnización de 184 millones de colones.
No son antojadizos estos párrafos, la empresa Pedregal sigue teniendo asuntos pendientes luego del escándalo que significó el hecho de que construyeran el Centro de Eventos Pedregal sin todos los permisos correspondientes. Al final, tras arreglar con la municipalidad se permitió la operación de las instalaciones, pero con el compromiso de que la empresa se pondría al día.
Otro antecedente fue en el 2014 cuando -otra vez- sin los permisos correspondientes levantaron un redondel de toros, en esa ocasión la Municipalidad les multó con 93 mil colones por arrancar las obras sin los permisos legales.
En marzo del 2015, El Guacho informó a la comunidad que de nuevo la empresa habría engañado al municipio al solicitar un permiso para ‘’limpiar el pasto’’ en su terreno ubicado en la calle de la Labor; sin embargo, en vez de cortar el pasto, entraron las excavadoras y ocasionaron un gran daño ambiental que puso en riesgo el acuífero Ojo de Agua, en el terreno contiguo a ASEPIPASA (hoy canchas de entrenamiento de Saprissa) de no haber sido por los vecinos de la zona, que denunciaron a tiempo la situación, el daño pudo haber sido mucho mayor. Al final la Municipalidad procedió al cierre correspondiente de las obras.
Ahora, fue a inicios de febrero del presente año, que Macho una vez más vuelve a construir a ‘’trocha y mocha’’ una calle contiguo a la entrada del Liceo de Belén, en el área de protección de Puente Mulas, durante un fin de semana pensando que así nadie se daría cuenta. Gracias a la intervención de la Unidad de Inspección, las obras fueron clausuradas, pero no así las que se realizaron -también sin permisos- en la nueva calle frente al Más x Menos, por estas, la empresa recibió una multa de medio millón de colones. El procedimiento fue el mismo, presentar planos y papeles cuando ya las obras estaban iniciadas, ¿así quién no?
Lo preocupante aquí ya no solo es la prepotencia de quien actúa pensando que por su riqueza, está por encima de la ley, es la negligencia de una alcaldía que alcahuetea estas actitudes. ¿Compadre hablado? Sería escandaloso, que desde ‘’arriba’’ se estuviera orientando a quienes más tienen en el sentido de afirmar que ‘’es mejor pedir perdón que pedir permiso’’.