noviembre 19, 2024
Imagen con fines ilustrativos.

Imagen con fines ilustrativos.

El sábado 21 de septiembre, fue el día de la paz pero no se enteró ni el gato. Y esto es probable que suceda por varias razones: en primer lugar, la paz como tal, vivir en paz y hermanados no les conviene a las empresas del armamento y a los gobiernos que las permiten y que también a su vez obtienen múltiples beneficios por considerarlas.

Alguien podría pensar ingenuamente que «la paz no da dinero». ¿Es que nuestra vida se tiene obligatoriamente que reducir todo al dinero? ¿Acaso venimos aquí sólo para producir dinero? ¿Nosotros mismos nos ponemos el calificativo de máquinas o mercancía?

Crear una cultura y un ámbito de paz en una región, por ejemplo, comienza por uno mismo. No podemos esperar a que otros lo hagan, porque no están interesados en ello y la razón ya lo hemos dicho más arriba. Son cosas que tienen que nacer o salir de uno sin esperar resultados inmediatos. Eso es lo que trasciende y va más allá de lo físico.

En segundo lugar, otra de las razones por las que no se supo nada de la efeméride tan importante como la del 21 de setiembre, ya vemos, Ucrania, Gaza, Líbano, Sudán, Haití,  entre otros, es por que los medios de comunicación como de los gobiernos que los financian, en gran parte y por razones que cualquier lector de estas líneas pueden entrever, no van a fomentar el establecimiento de la paz como cultura.

Renunciar a el dinero o al consumismo pero vivir en paz es lo que toca ya que esta escalada que se lleva de tener, poseer, el para mí, la cultura del egoísmo, la vanidad y otros «pecados capitales» es lo que nos puede llevar a una situación de más caos y desastre a nivel planetario.

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