noviembre 21, 2024

Gaspar Rodríguez Delgado.

Si una persona lucha y se afana, por obtener bienes materiales, si ese fuera su objetivo y lo logra, decimos que es una persona exitosa, del mismo modo si otra, no lo logra porque no era ese su objetivo, pero lo logró también, es un éxito en lo que se propuso.

El más noble de los objetivos del hombre es la verdad o lo que es lo mismo la felicidad, algunos piensan que los logros a nivel de dinero, éxito, fama, placeres temporales les dará la felicidad. ¡Qué equivocados estamos!. Lo único que obtenemos, con estas cosas, son satisfacciones transitorias, simples emociones humanas satisfechas. La verdadera felicidad es un estado espiritual, un estado de conciencia, un estado interior correcto (contemplación, meditación, interiorización).

Quién no recuerda la novela radial “Los Tres Villalobos”  (Miguel, Rodolfo y el Macho),  la también novela “El Ojo de Vidrio” o Rafles con Mr. Chang incluido. Más adelante en las fábulas Popeye, Súper Ratón, La Hormiga Atómica y otros. Ya después Tarzán, Superman, Batman y Robín, el Hombre Araña, La Mujer Maravilla, El Hombre Increíble, Los Cuatro Fantásticos, etc.

En la escuela la maestra (niña) a la que considerábamos como una heroína (La niña Marielos Bogarín, en mi caso), a la compañera que admirábamos y nos aconsejaba; bonita, inteligente (Mariana Chaves), al compañero que nos defendía (Evelio Aguilar). A los héroes reales como Martin Luther King, Mahatma Gandhi, a los propios: Juan Rafael Mora y Juan Santamaría, a los de nuestra Iglesia David, Sansón, Abraham, Moisés, etc. y al más grande Jesús. Todos estos son héroes que permanecen en nuestras vidas desde la niñez, unos de ficción y otros verdaderos.

Más hay otros, nuestros padres y abuelos que realizaron actos heroicos para llevar el sustento a sus hogares, educarnos, enviarnos a la escuela, al colegio y más, estos fueron héroes anónimos de los que también  hay en nuestros tiempos, esos que se levantan a las cuatro de la mañana para subir a un bus y trasladarse a sus centros de trabajo y regresar a sus hogares ya de noche y qué decir de sus esposas que también madrugaron para que sus esposos lleven sus almuerzos, cosas que realizan durante toda su vida para lograr una pensión que apenas les alcanza para vivir un poco dignamente su vejez.

Hoy quiero hablarles de uno de esos, que merece se le reconozca como tal. Todos conocen las frases “que raza más hp… la raza humana”, “que cuernuda”, “que se siente tener dinero” o “hembras”. Sí, adivinaron, se trata de ese personaje que durante toda su vida nos reparó las llantas, donde Johnny primero y después donde los Gemelos, claro estamos hablando de Álvaro Cambronero o alias “Chochón”, este es uno de esos héroes que lo vimos durante 30 años o más, tomando el bus de las seis de la mañana y venir a pie hasta su casa después de su cansada jornada de trabajo, un muchacho siempre atento, siempre dispuesto a dar una broma o un poco enojado hacernos algún reclamo hasta una regañada, contarnos algún chisme.  Siempre preguntando por la salud de las personas, un hombre honesto, trabajador.

Sus logros no los veremos en grandes cosas materiales pero como personas, un éxito, en fin un héroe anónimo como tantos que vemos todos los días, pero que pasan desapercibidos para los que miden el éxito en bienes materiales, bienes temporales, bienes superficiales y que desconocen el interior de estas personas, ellos conocieron la verdad intuitivamente y eso me recuerda lo que decía Jesucristo “La verdad os hará libres”. ¿Libres de qué?, ¿de nuestro ego?,  ¿de nuestro “yo”?,  y termino diciendo “grande es el hombre que acepta haber errado, pero más grande aún el que guarda silencio cuando ha acertado”

 

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