El proyecto del Ojo de Agua, las verdades al desnudo.
- La iniciativa para convertir el balneario en un parque recreativo, ambiental y deportivo, es una idea que nació en el Comité de Deportes y que maduró gracias una comisión especial creada para trabajar en esta iniciativa.
Redacción El Guacho.
El conflicto sobre quién debería gestionar el proyecto para rescatar el balneario Ojo de Agua responde solamente a intereses, celos y rencillas políticas, esto hay que dejarlo claro y los belemitas lo deben saber.
La iniciativa para convertir el balneario en un parque recreativo, ambiental y deportivo, es una idea que nació en el Comité de Deportes y que maduró gracias una comisión especial creada para trabajar en esta iniciativa.
El problema es que el papá del bebé son belemitas de otros colores diferentes del partido que gobierna en nuestro cantón, la Unidad Social Cristiana (PUSC); estamos seguros que si esa misma idea hubiese nacido en el seno de la agrupación oficialista esta pelea no hubiera pasado.
Hay que admitir, en aras despejar dudas, que quien lidera este proceso es Manuel González Murillo, un belemita de amplia trayectoria en el Partido Liberación Nacional, (PLN), quien de por si no tiene buen ambiente entre los actuales regidores verdiblancos, sus diferencias tendrán, y ni qué decir entre los de la Unidad. Pero grueso error sería condenar un buen proyecto solo porque viene de un rival político.
Hay que recordar que en la comisión que trabaja por el rescate del Ojo de Agua hay belemitas que ni siquiera pertenecer a partido alguno, algunos son gestores deportivos, otros pensionados, todos ellos han realizado este trabajo de manera desinteresado durante los dos últimos años.
La disputa sobre quién debe liderar el rescate del Ojo no fue un tema de discusión en el anterior Concejo, los regidores de aquel entonces dejaron trabajar a sus anchas a los encargados.
Pero todo varió en mayo de este año con la llegada de los nuevos regidores. Los signos de cambios arrancaron cuando el presidente municipal, Miguel Alfaro, propuso una moción con la única finalidad de quitarle las gestiones de este proyecto al Comité de Deportes.
La moción usó como pretexto que el CCDR incumplió un aparente acuerdo que estipulaba que tenían siete meses para dar a conocer los estudios de viabilidad de la iniciativa para salvar al balneario. Ni lerdos ni perezoso los enemigos políticos corrieron a votar en complicidad.
Más celos se sumaron cuando el Comité de Deportes empezó a relacionarse con diputados de Heredia, fue entonces que recibieron el apoyo de Henry Mora y Marlene Madrigal del Partido Acción Ciudadana (PAC), de José Ramírez del Frente Amplio (FA), incluso de Ronny Monge del PLN.
Quizás el legislador William Alvarado del PUSC, debería unirse al grupo de diputados que impulsa un buen proyecto para su propio cantón.
Atrás quedó el Belén en donde se gestionan buenos proyectos, vengan de donde vengan, donde se permite a los líderes comunales desarrollar sus ideas, aquel Belén de gente decidida y valiente que construyó grandes proyectos hoy inimaginables como el Polideportivo.
Tampoco decimos que el Comité de Deportes deba funcionar como una entidad autónoma, no, el Comité es un brazo de la Municipalidad y debe respetar la institucionalidad.
Pero el Concejo ni lo regidores deben bombardear todo proyecto que no sea de sus aliados políticos, vengan de donde vengan.
Hay ideas que no avanzan por discrepancias políticas, ejemplo, el teatro en Belén y el nuevo edificio municipal. La única manera de hacer que las cosas funcionen es dialogar, llegar a consensos y apartarse de actitudes prepotentes.
Ahora que ya pasó este feo pleito es necesario hacer una reflexión e invitar a las partes, alcaldía y Comité de Deportes, a conversar y trabajar de la mano, dejar atrás los celos, el “arribismo” y demostrar que los belemitas, a pesar de sus diferencias, pueden laborar juntos.