noviembre 23, 2024

“En La Ribera también hay hambre y mucha pobreza”

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Junior Corrales, Elizabeth Víquez y Patricia Araya, integrantes de la Asociación de Desarrollo de La Ribera.

Entrevista a la Asociación de Desarrollo Integral: La Ribera

Tres miembros de la Asociación de Desarrollo Integral (ADI) de La Ribera conversaron sobre la difícil situación social que vive ese distrito de Belén. Su trabajo les permite conocer de primera mano una amplia variedad de problemas que afectan a este pueblo, tales como falta de escolaridad, pobreza extrema, hacinamiento, abuso físico, psicológico a menores, consumo de droga, depresión y hasta suicidio.

Patricia Araya, Junior Corrales y Elizabeth Víquez, son parte de la Junta Directiva de ADI La Ribera y hablaron con El Guacho sobre el trabajo social que realizan, confesaron que a pesar de la fama de que en La Ribera hay “mucha plata”, también existe el hambre y mucha pobreza.

¿Cuál es el trabajo social que realiza la Asociación de Desarrollo de La Ribera?1414

Junior Corrales (JC): es mucho, trabajamos de la mano con los grupos organizados de la comunidad, brindamos apoyo a Cáritas, a la Clínica del Dolor, ayudamos a través de enlaces a personas que se acercan para pedir ayudas específicas, apoyamos con pañales, alimentación especial, exámenes, medicinas. En la entrada a clases, se donan cuadernos, uniformes, zapatos, lentes. La oficina siempre está abierta, se realiza un estudio previo a las ayudas, y si califican, se les brinda apoyo, o se trasladan a otras entidades que nos apoyan.

¿Cuáles son los problemas sociales que han encontrado en La Ribera?

Patricia Araya (PA): trabajamos con mujeres que han sido víctimas de violencia y por medio de terapia alternativas, entre ellas el programa de Reiki; se han empoderado y han logrado salir de ese riesgo en que estaban. También hay casos de niños y jóvenes agredidos, o con déficit atencional, o problemas emocionales o de salud, aquí lo importante es cambiar un poco los tratamientos tradicionales, por técnicas que mejoran su calidad de vida.

¿Les preocupa el tema de los suicidios?

PA: Claro, es feo que nuestra comunidad sea conocida por esa estadística. Hay que sensibilizar a las familias, que entiendan algunos trastornos emocionales o puedan identificar cambios de actitud en su pariente, vecino, para actuar a tiempo, y brindarles las herramientas para salir adelante. Muchas veces la ignorancia nos hace cometer errores.

¿Tiene La Ribera situaciones particulares en temas sociales que no padecen otros distritos de Belén?

PA: sí, no podemos tapar el sol con un dedo. La Ribera tiene sectores muy marginales. Por falta de escolaridad, algunas personas no consiguen mejores trabajos, y eso limita el acceso a las necesidades básicas. Aquí sí se ve la pobreza, hay niños que van a la escuela sin desayunar y su única comida al día es la que le brindan en la escuela o el colegio. Tenemos una alianza con los grupos que trabajan con la niñez y la adolescencia: la catequesis, la escuela de fútbol, los cursos de formación, el Ebais, así nos damos cuenta de todos los problemas que se viven en esta comunidad, eso nos permite actuar de forma inmediata, activamos la red de apoyo y brindamos lo necesario para que salgan adelante.

¿Han detectado lugares del distrito que sean focos del problema?

Elizabeth Viquez (EV): claro, en las cuarterías, se presentan muchos problemas. Ahí hay de todo, existe una gran explotación, viven en precarias condiciones, y se les cobran cuotas por todo, tienen que compartir baños, servicios, no hay ventilación en los aposentos, hay humedad, oscuridad, inseguridad. Espacios que en algún momento fueron una cochera o un pasadizo, ahora son sitios donde vive gente hacinada, en medio de ratas, de cucarachas, ¿qué puede vivir un ser humano que habita en este lugar? Es duro escuchar el testimonio de una madre con un bebé de brazos que tenía que subirlo de su cuña, porque si no, las ratas se lo comían. Tratamos de apoyarles y brindarles espacios para que puedan surgir y tener momentos de esparcimiento, de aprendizaje y empoderamiento.

¿Por qué creen que en La Ribera están tan latentes todas estas situaciones sociales?

PA: Creo que la falta de escolaridad arrastra otras problemáticas, es como una cadena que va de generación en generación, la pobreza y la falta de conciencia de que si un joven no estudia no logra progresar. El desempleo lleva a otras problemáticas, como la violencia, el abuso, las drogas, el alcoholismo, todo tiene mucho que ver, esto preocupa. Vemos en las esquinas o en el centro de la Ribera, gente desde temprano tomando, fumando; sabemos quien consume, quien vende droga, quien roba, sabemos que a la vecina se le agrede, que al niño algo le está sucediendo, pero no nos atrevemos a denunciar y nos volvemos cómplices silenciosos de la situación.

¿Será que no se atiende de la manera más adecuada el tema de las drogas?

PA: Nos falta mucho por hacer, no solo a nosotros como ADI, sino también instituciones gubernamentales, empresa privada, la comunidad, la misma iglesia. Nos falta trabajo en equipo, unirnos y ser valientes en denunciar, hemos realizado una serie de talleres con trabajadores comunales que están en los grupos del distrito para lograr identificar los problemas, estamos planificando cómo vamos a trabajarlos con el niño, el adolescente, el padre la madre y la familia.

¿Cómo hacen ustedes para tratar de atender todas las situaciones que se presentan?

JC: Eso es lo que mucha gente no entiende, hay muchas necesidades y para cubrirlas tenemos que hacer muchos esfuerzos. El año pasado en una encerrona, analizamos, planificamos y acordamos las actividades que debemos hacer en el 2017, para alcanzar nuestros objetivos. Ahorita nuestra preocupación es que tenemos proyectos que venían desde hace 2 años trabajando varias áreas, entre ellas servicio social y medicina alternativa, que era una ayuda para muchos que venía a la terapia, pero en la Muni no nos dieron el presupuesto para ese programa y nosotros no podemos abordar ese gasto.

¿Cuánto fue el presupuesto que pidieron a la Muni y para qué era?

PA: Para continuar los programas sociales, el de terapia alternativa de Reiki, dirigidos a un sector vulnerable, pero solo nos dieron para el de Formación Artística, no para lo social.

¿Cuál es el motivo para no darles el dinero?

PA: Además de representar y trabajar para la Ribera, fuimos la única organización que presentó proyectos en el distrito, todos fueron aprobados por el Concejo de Distrito, sin embargo al final en el Concejo no se nos apoyó.

¿Cuál es el daño que se le hace al distrito al no tener el presupuesto?

PA: Es una lástima que no se apoyen estos proyectos, eso significa que La Ribera se quedó sin presupuesto a nivel de organización. La Asociación siempre ha sido un aliado, son 46 años al servicio comunal, pero no es solo la Asociación que se ve afectada, sino a una comunidad entera. Nos han limitado para ayudar a otras personas y eso es muy duro, hemos ido a conversar, presentamos el proyecto, nos reunimos con el Concejo, pero al final no pasa nada. Queremos que nos den respaldo municipal para salir adelante.

¿Cómo ven el futuro de este distrito tomando en cuenta todas las situaciones que se han detectado?

PA: Veo a una Ribera que puede retroceder en materia emocional y en lo social puede decaer, y si La Ribera cae, pues arrastra a nuestro cantón, porque al final somos una misma gran familia. Creo que para nosotros, es importante seguir trabajando, empoderar mujeres, formar familias valientes, ayudar a niños, jóvenes y adultos mayores, pero si no le ponemos atención, pues vamos a caer en un abismo. ¡Qué triste oír de nuestro cantón la parte fea! Como suele suceder en algunos lugares de San José, si no nos unimos como verdaderos belemitas, el futuro podría ser gris.

1 pensamiento sobre ““En La Ribera también hay hambre y mucha pobreza”

  1. LOS BREKERS QUE SE ROBAN es algo terrible todo BELEN tiene ahora platinas protectoras con fuerte candado y en una se electrocuta y todo mundo sabe quienes son los ladrones y donde viven y que hay topador en esa calle

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