Desde adentro, talleres artísticos en el cantón
Carolina Zumbado Cambronero
Colectivo Tisies
Desde pequeña me he visto expuesta al hecho cultural y artístico gracias a los talleres de sensibilización artística de la Asociación Cultural el Guapinol, y desde el año 2014 formo parte del equipo de profesores de los talleres artísticos, lo que me ha permitido retribuirle a la Asociación los beneficios que me facilitaron y que me siguen facilitando, pues tengo la oportunidad de desempeñarme en lo que me profesionalice.
Con respecto a los talleres de teatro que se dan en las escuelas del cantón, los niños asisten a clases una vez a la semana donde aprenden técnicas de actuación y se preparan obras que se presentarán a un público, incluidos sus seres queridos. Más allá de esto, el objetivo de los talleres es brindar herramientas para la vida tal como la responsabilidad, el trabajo en equipo y la solidaridad, siendo al mismo tiempo un espacio de dispersión sana, donde los niños aprenden sobre el arte teatral mientras se divierten. Es satisfactorio ver el crecimiento personal de los niños a lo largo del año, el teatro les brinda un mejor desenvolvimiento personal y social, pues el teatro no discrimina, no es una cuestión de aptitudes ni de quién es mejor, todos los niños salen beneficios.
Lamentablemente muchas veces el esfuerzo no se retribuye, pues no es un secreto que en Belén no existe un lugar adecuado, y ningún espacio “cultural” como lo es el San Casimiro, salones comunales, escuelas o colegios cumplen con las condiciones escénicas necesarias. Como instructora que ha acompañado el proceso soy testigo de como estos espacios inadecuados desmotivan a los niños y a sus familiares, y por lo tanto se ha tenido que optar por espacios adecuados fuera del cantón. La clausura de teatro del año 2014 y 2015 se dio en el Teatro de Café Britt en Heredia, provocando una movilización de recursos innecesarios, además de ser más difícil la proyección a la comunidad del trabajo que se está realizando. Por otra parte contar con un espacio indicado fue positivo y genero un mejor impacto en los participantes, permitió a los niños y a sus familiares tener una cercanía con un espacio escénico, con telones, camerinos, escenario, butacas, técnicos de luces y sonido.
Dadas las “buenas condiciones” con las que cuenta Belén es lamentable que se deba optar por lugares fuera del cantón, de qué sirve estar en los primeros puestos de índice de desarrollo humano, si no se cuenta con un lugar indicado para la actividad cultural y artística, y sin un espacio para desarrollar la cultura belemnita los esfuerzos se están perdiendo.
Un espacio adecuado en Belén es necesario y más allá de un espacio material, es urgente un cambio de visión cultural, dejar de ver la cultura como un hecho inmóvil que no trasciende ni evoluciona y abordarla como una manifestación abierta y en constante movimiento, una herramienta indispensable en la formación de ciudadanos más responsables e integrales.
