Maravillas del Virilla 2016 – 2017

Ángel Zamora Alfaro*

Los bienes públicos son la clave para practicar el amor al prójimo, que es el primer mandamiento, TODOS SER UNO, pero la administración pública se mezcla con los intereses privados y nacen los sueños de ego éxito donde alguien se relaja soñando con privilegios y superioridad cuando el verdadero privilegio es tener la sagrada  capacidad de fluir sirviendo a los demás por amor ya que tal actitud nos libera de la presión psico social y nos brinda sustento moral, satisfacción y salud al sentirnos bien emocionalmente.

Nuestro mundo está en medio de visiones de horror que generan los medios de comunicación pública con la intención de avasallar la espiritualidad consciente, llevándonos a desesperar con sus chismes de que el mundo no puede renacer de su fracaso social cuando la solución es tan simple como cerrar los ojos y aplicar el segundo mandamiento que dice, RESPIRE DESPACIO Y PROFUNDO, y aseguro que después de un rato empezamos a sentirnos más tranquilos y naturales porque volvemos a nosotros ahí sentados en silencio en medio de la madre oscuridad y al abrir los ojos nos sentiremos más claros para comprenderlo todo y actuar mejor.

El camino es la evolución, no llegar a la autodestrucción como víctimas de una colectiva ignorancia y para eso debemos despertar nuestras sensaciones más naturales olvidando las falsas necesidades.

En medio de este portal de acción ciudadana que se abrió en Costa Rica, y sin intenciones políticas; debemos caminar cada uno a generar esa acción voluntaria por simple que sea reuniendo gotas de buena intención en la atmósfera  hasta provocar un aguacero de bendición que crezca exponencialmente por la participación comunitaria, es el poder de la gente; es la MAGIA.

Por favor, pedimos al cielo que se abran los proyectos de reforestación de márgenes de ríos y nacientes y todo lote baldío que pueda ser regenerado  para evitar las fuertes ondas de calor y destrucción que provoca una sobrepoblación agresiva con el medio ambiente.

Las zonas más importantes en nuestro pequeño territorio son sus límites geográficos, rodear al pueblo de vegetación es el modo natural de demostrar inteligencia emocional, o sea es la forma de protegernos como almas encarnadas sin aislarnos del mundo.

La comunidad y sobre todo los niños pedimos a los belemitas propietarios de esos terrenos que no sean verdugos de la Madre Naturaleza y reflexionen sobre el por qué tienen privilegios terrenales, nadie puede obligar a otro a hacer lo que no quiere por eso esperamos que sea el Altísimo quien toque los corazones y provoque el milagro de volver a la Naturalidad. 

*El autor es músico y activista ambiental de Belén.