abril 19, 2024
  • En algunos casos los  belemitas se ven obligados a irse de su tierra natal porque encuentran en otros cantones precios más accesibles de vivienda  
  • No hay duda, los belemitas requieren de oportunidades para adquirir una casa.

En esta edición de El Guacho se publica una noticia referente a que varios desarrolladores planean construir  alrededor de 1500 casas,  esto en La Ribera. Lo que más duele es saber que muchos de esos nuevos hogares no van a quedar en manos belemitas.

No debe ser un secreto que en nuestra comunidad hay una enorme necesidad de casa, especialmente entre la clase baja y  media. En algunos  barrios humildes de nuestro cantón, existen viviendas en donde conviven, en tan solo unos cuantos metros cuadrados, dos, tres y  hasta cuatro familias, eso se traduce en que en un pequeño espacio “medio conviven”, seis, diez  o más personas.

Los abuelos, con los  nietos, los padres con los hijos, con la nuera y así, hasta dar acogida a casi toda una generación; eso se llama hacinamiento;  dicho fenómeno conlleva riesgos importantes para la salud, tanto física como mental,  de quienes viven en esa estrechez.

El fenómeno es relativamente fácil de identificarlo; camine usted por  las barriadas belemitas y vea cómo se han construido segundos pisos sobre muchas casas; algunas edificaciones ni siquiera cuentan con las normas mínimos de seguridad estipuladas para  construcciones elevadas.

Pero esta situación no  pasa de manera antojadiza, hay variables que lo provocan, por ejemplo, el alto costo de los lotes en Belén y los enormes precios  de  construir, lo que ha hecho que  las familias belemitas recurran a hacer  una casa encima de otra.

En el peor  de los casos, cuando los recursos son muy limitados, se echa mano a levantar dos cuartos donde antes era una sala, o dividir  una habitación en dos, el “fibrolit” y alguna madera barata lo facilita.

No hay duda, los belemitas requieren de oportunidades para adquirir una casa.

Pero ese chance parece que no lo van a encontrar en las 1500 casas que en los próximos años se van a levantar en nuestro cantón; la mayoría de ellas serán hechas en condominios, los cuales, según precios de mercado, cuestan cientos de miles de dólares (varias decenas de millones de colones), cifras inalcanzables para el promedio de habitantes de Belén.

Una población especialmente sufrida en este asunto son los adultos jóvenes y  profesionales, quienes no son sujetos de créditos debido a las reglas bancarias, esto provoca que el sueño de una casa se vea lejano.  

Las oportunidades de una  vivienda propia son escasas para las familias, es entonces cuando  el alquiler surge como una solución perpetua.

En algunos casos los  belemitas se ven obligados a irse de su tierra natal porque encuentran en otros cantones precios más accesibles de vivienda  

Mientras tanto,  lo único que queda es abogar por el impulso de ofertas habitacionales al alcance de los que requieren, lamentablemente Belén no es atractivo para el desarrollo de proyectos de soluciones de vivienda, esto se debe al espejismo de vivir en un cantón de “mucha plata”,  pero donde abundan las necesidades.   

La excepción a la regla  es el condominio San Martín, el cual se construye  para darle a los afectados por las inundaciones del río Quebrada Seca,  una solución definitiva.

Y sobre las 1500 nuevas casas  nos falta mucho por decir,  ya que los condominios son una muestra más de la desigualdad social; los muros separan a los ricos de los pobres. Y además, son burbujas urbanas que se alejan de la convivencia en barrio y de la formación de comunidad.  

Lo cierto es que las y los hijos de este cantón necesitan casa, de continuar por la misma senda de privilegiar únicamente la construcción de condominios finos, las próximas generaciones de belemitas tendrán que marcharse y abandonar la tierra en que se criaron sus padres, abuelos y tatarabuelos. Es necesario entonces implementar una política social desde la Municipalidad que pueda recuperar los pocos terrenos que van quedando en el cantón para fomentar los proyectos habitacionales de fácil acceso y que tengan como destinatarios prioritarios los hijos e hijas de nuestro cantón.

 

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