marzo 28, 2024

Por Julieta Sánchez Zumbado*

 

Hemos sido un país privilegiado, con una exuberante naturaleza. Una democracia donde nuestra libertad ha sido la característica predominante: libertad de expresión, libertad de elegir a nuestros gobernantes, libertad de movernos y circular libremente por nuestras calles y pueblos.

Pero sucede que los tiempos han cambiado y poco a poco nuestra libertad se nos ha ido cortando.

Nuestro pueblo, un pueblito pequeño; pueblito que sirve de paso hacia las grandes ciudades; pueblo con escaso desarrollo comercial y turístico; limitado por alquileres costosos y escasa zona de parqueo para los usuarios, lo que ha hecho que el comercio emigre hacia otras zonas como San Rafael, donde les brindan las condiciones necesarias para su establecimiento.

Emigran, por el limitante de que no hay libertad de parquear los vehículos en las calles ya que el tránsito y la policía municipal, costeados por nuestros bolsillos, han cortado esa libertad de circular cómodamente por nuestro pequeño pueblo, tarda un automotor en parquear en cualquier lugar cuando ya están realizando un parte o una multa. Sé que tenemos leyes que todos como costarricense estamos en la obligación de cumplir pero que sea en igualdad de condiciones.

Lo extraño es que nosotros como ciudadanos que pagamos nuestros impuestos nos limitan muchos derechos como el mencionado anteriormente el libre parqueo en nuestras calles.

Pero sucede que los buses, taxis rojos, taxis de carga y los taxis piratas; sí tienen ese derecho, a ellos se les asigna lugares en puntos centrales del cantón, privilegiados para una minoría.

Pero para la mayoría de los ciudadanos no lo hay. Todos somos iguales ante la ley y tenemos los mismos derechos.

Deberían a estos servicios públicos obligarlos a tener un plantel como parada y dejar las calles libres como pretenden con los particulares. La ley debe ser igual para todos.

*Vecina de San Antonio de Belén

2 pensamientos sobre “Acoso ciudadano

  1. Muy cierto, es necesario ordenar, nadie está en contra esa disposición, pero esto se ha vuelto de terror en varios cantones Heredianos. No se dan cuenta la afectación que está sufriendo el comercio local con ésta actitud de depredadores, que acosan hasta cuando uno se detiene para que quien acompaña se baje del vehículo. En mi caso se acabó la compra local, lastimosamente no hay donde parquear y quienes han hecho su agosto son los dueños de parqueos que cobran hasta ¢1200 por hora o menos tiempo.

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